Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de julio de 2025
Mi mujer nos aguarda para almorzar... ¡Oh!... Un almuerzo sencillo, después del cual podrás irte a descansar... Te advierto, querido, que esta tarde te será preciso sufrir una pequeña molestia... En honor tuyo, hemos invitado a algunas personas a comer. ¡Diablo! murmura Delaberge visiblemente contrariado. No esperaba eso...
Estamos tan atrasados, que para el puchero apenas nos llega... pero, en dos o tres días, se lo prometo a usted; tenemos un depósito en el Banco y vamos a recibir ciertas cantidades que nos adeudan... Lloraba casi, en su súplica desesperada, y don Raimundo movía la nariz, contrariado, tocando el tambor sobre la chistera, de impaciencia.
¡Ah! dijo con cierto disgusto la Dorotea. Enamorado de vos. ¡De mí! exclamó riendo la comedianta. ¡Cosas de Quevedo! dijo Montiño terriblemente contrariado. No, no por cierto... cosas de Dorotea. ¡Cosas mías! Ciertamente, porque vuestras cosas son las que han quitado el apetito de todas las cosas al señor Juan Montiño. ¡Ah! ¿os llamáis Montiño? Es sobrino del cocinero mayor del rey.
Preciso es confesar que hace pasar una noche muy agradable y que es muy divertido su enredo, cuyo objeto es describir la traza, que se da una doncella avispada de hacer creer á su sencillo tutor que ha sido hechizado, logrando de esta manera que dé su aprobación á un casamiento, antes contrariado por él; pero el que conozca esa delicadeza maravillosa, ese perfume embriagador de la poesía de las comedias de enredo de Calderón, no gozará demasiado, ni mucho menos, con la casi prosáica de Zamora, con su tono burlesco y grosero, y con sus gracias toscas y harto numerosas.
Yo había nacido positivamente para la pobreza, para las privaciones, para la abnegación y el sacrificio, pero he sido contrariada. Por ejemplo, á mí no me habría disgustado un marido enfermo. ¡Pues bien! el señor Laroque era un hombre de excelente salud. Vea usted ahí, cómo mi destino ha sido y será siempre contrariado desde el principio hasta el fin...
Liette se puso la mano en la frente cargada de pensamientos. ¿Le ha preguntado a usted sobre Carlos? Sí, indirectamente y con cierta acritud, no se lo disimulo a usted. Y usted, ¿qué le respondió? Nada o poco más; y se marchó muy contrariado. Aquí tiene usted una complicación imprevista, amigo mío. Siento que Carlos esté aquí. Pero no importa; si se trata de su dicha, yo sabré defenderle.
Tenéis un amigo muy regocijado dijo Dorotea... ¡Oh! ¡sí! contestó el joven, que aunque no era novicio, sentía remordimientos por aquella especie de infidelidad que hacía á su dama, y estaba contrariado. Si no fuese por su lengua... añadió Dorotea. ¡Oh! ¡sí! respondió Montiño. ¿Pero no coméis? dijo la joven, que empezaba á sentirse preocupada. Perdonad, señora, pero... ¿Pero qué?...
De todas maneras, aquello era una atrocidad preñada de peligros, de inconvenientes, de futuros males... y de males presentes. Con Minghetti jamás hablaba de lo que se le venía encima. Era un tema de que huían los dos en sus conversaciones. El barítono estaba contrariado, sin duda alguna. Sentía despecho, que le hacía sonreír con cínica amargura; se sentía metido en una atmósfera de ridículo.
Doña Clara no había pensado todavía que podía pertenecer á un hombre. Su alma dormía envuelta en un velo de pureza. Por lo mismo, no la había contrariado en gran manera la dificultad de su enlace con Juan Montiño. Y sin embargo, á pesar de la pureza de su amor, no había dormido aquella noche, había sentido un malestar amargo, una inquietud ardorosa.
Ya sabemos lo que el soldado apuesta; pero si vos perdéis, amigo Tristán ¿qué ganará con ello el otro? Yo nada tengo que apostar, replicó Tristán muy contrariado y mirando á Simón. Sí tienes, gigante mío, sí tienes, dijo éste.
Palabra del Dia
Otros Mirando