Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de junio de 2025


Sus citas históricas solían referirse a las queridas de Enrique VIII y a las de Luis XIV. En tanto, el salón amarillo estaba en una discreta obscuridad, si había pocos tertulios. Cuando pasaban de media docena, se encendía una lámpara de cristal tallado, colgada en medio del salón. Estaba a bastante altura; sólo podía llegar a la llave del gas Mesía, el mejor mozo. Los demás se quejaban.

La gente desdichada zaratina, De la esperanza estaba muy colgada: El que esperando está siempre imagina La cosa que le est

Resucitaba dentro de la ramera, pasiva bestia acostumbrada á los golpes, la hija de la huerta, que desde que nace ve la escopeta colgada detrás de la puerta y en las festividades aspira con delicia el humo de la pólvora. Después de hablar del triste pasado, la curiosidad despierta de Rosario fué preguntando por todos los de allá, y acabó en Pepeta. ¡Pobrecita! Bien se veía que no era feliz.

Petra se encerraba en su cuarto. Colgada de un clavo a la cabecera de su cama de madera, tenía una cartera de viaje, sucia y vieja. Allí guardaba con llave sus ahorros, ciertas sisas de mayor cuantía, y algunos papeles que podían comprometerla. De allí sacaba el guante morado del Magistral, del que a nadie había hablado.

Pusiéronse nuevamente en camino con esta resolución por una senda estrecha y difícil de un bosque espesísimo, con no pequeño trabajo; y después de caminadas pocas leguas, perdieron el rastro de la senda, no sabiendo dónde estaban, ni por dónde tomar rumbo, por cuya causa anduvieron perdidos por espacio de un mes entero, ya trepando por fragosas montañas, ya metiéndose por lo más interior del bosque; sin tener otra cosa que comer sino hojas de árboles y raíces silvestres, ni en qué descansar y tomar un corto sueño sino una red colgada de un árbol, á cielo descubierto.

Pase usted, D. Marcelino. La tienda de D. Marcelino. Aunque mucho más clara de lo que su amo hubiera deseado á tales horas, la tienda no era, á decir la verdad, un farol veneciano. Toda su iluminación se reducía á una lámpara de petróleo colgada en el centro de la estancia sobre el mostrador.

Clara por su parte hacía esfuerzos extraordinarios por apartar de su imaginación aquel desafío fatal. Alguna vez, sentada al lado de su marido al pie de una fuente o caminando emparejada con él por el monte, llevando ambos colgada del hombro la escopeta, se sintió feliz. Hubiera permanecido allí toda la vida. Cuando volvieron a Madrid la casa se le cayó encima.

Pocos minutos después saltaban ladrando en la glorieta dos perros de caza y detrás de ellos una gallarda joven de tez morena, cabellos negros ensortijados que apretaba una gorrilla rusa de piel, pecho exuberante, amplias caderas ceñidas por una falda corta de color gris, calzada con botas altas y llevando colgada del hombro una primorosa carabina.

Que a una se le caían las tijeras: risa. Que otra pedía la madeja del hilo teniéndola colgada al cuello: risa. Que se presentaba la cocinera con la cara tiznada, pidiendo a la señora dinero para la lechera: gran algazara en el costurero. No solamente eran jóvenes y alegres las que cosían el equipo de Cecilia; pero además guapas, comenzando por su directora.

Si no acudieran mas de mil sirenas A dar de azotes á la gran borrasca, Que hacia el saltarel por las entenas. Una, que ser pensé Juana la Chasca, De dilatado vientre y luengo cuello, Pintiparado á aquel de la tarasca, Se llegó á , y me dixo: de un cabello Deste bagel estaba la esperanza Colgada á no venir á socorrello.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando