Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de mayo de 2025
Tienes razón, es muy doloroso perder una cosa que se ama. Montiño se calló, y Luisa, por no irritarle más, se calló también. Está delante Inesita dijo para sí Montiño , y no me atrevo... será necesario quedarme solo con ella. Y siguió paseándose en silencio durante ocho ó diez minutos. Su mujer y su hija no cantaban, pero cosían.
Se contemplaba andando a gatas por un corredor interminable, ante una fila de puertas numeradas con esa uniformidad que luego había visto en cuarteles y presidios. Muchas mujeres sentadas ante las puertas cosían y charlaban.
Nueva reverencia, mientras sus ojos entornados se cosían cínicamente al rostro de Lucía, alumbrado por los moribundos tizones. No, espere usted gritó Artegui levantándose y asiéndole de una manga sin ceremonia, al ver que volvía la espalda.
Nada de esto sucedía ahora. El cielo comunicaba su alegría a la ciudad y la ciudad la comunicaba al corazón del que la recorría. Por las grandes ventanas enrejadas mis ojos exploraban sin obstáculo lo interior de las viviendas. En una cosían dos jóvenes vestidas de blanco, con rosas en el pelo. Al observar la mirada insistente que les eché, sonrieron burlonamente.
Y la vejiga, con todas sus entrañas anexas, desaparecía al fin en las profundidades del vientre, mientras dos mozos, con la agilidad de la costumbre, cosían la piel. Cuando el caballo quedaba «arreglado», con bárbara prontitud, le echaban un cubo de agua por la cabeza, libertaban sus piernas de la trabazón de las correas y le daban unos golpes de vara para que se pusiera en pie.
Trazaban luego, por espacio de dos horas, sendos garabatos en un papel rayado; y después de contestar de memoria á las preguntas de un catecismo, cosían tres horas largas, hasta que llegaba la del juego. El recreo tenía lugar en un patio obscuro y hediondo, cuya vegetación consistía en un pobre clavel amarillento y tísico que crecía en un puchero inservible, erigido en tiesto de flores.
Presumía de bien emparentada y relacionada; un primo suyo desempeñaba la secretaría del Casino de Industriales; una tía ricachona vendía percales, franelas y pañolería en la calle estrecha de San Efrén; la mayor parte de sus amigas cosían por las casas, o eran oficialas de la mejor modista.
No pintó tan extrañas posturas Bosco como yo vi, porque ellos cosían y la vieja les daba los materiales, trapos y arrapiezos de diferentes colores, los cuales había traído el soldado. Determinaron de irse fuera, y yo dije que antes trazasen mi vestido, porque quería gastar los cien reales en uno, y quitarme la sotana.
Lo más admirable era que Juana, sobre ser la más sabia cocinera y repostera del lugar, era también su primera modista. Casi siempre tenía una o dos oficialas que cosían para ella, y ella cortaba vestidos con tanto arte y primor como Worth o la Doucet en la capital de Francia.
Había llegado el general Alaminos á Lucban, y todas las dalagas se ocupaban en el tribunal de Tayabas en hacer preparativos para recibir dignamente al primer magistrado de las islas. Unas cosían banderolas y gallardetes, otras confeccionaban adornos, aquellas limpiaban vajillas, no pocas arreglaban cortinas y damascos, y las más daban la última mano á los trajes y galas que habían de lucir.
Palabra del Dia
Otros Mirando