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Actualizado: 6 de julio de 2025
Algunos, montados en dos enormes ruedas, iban tirados por un asnillo de impacientes orejas, y guiados por mujeres de rostro duro y curtido, que llevaban el clásico sombrero borbonés, especie de esportilla de paja con dos cintas de terciopelo negro cruzadas por la copa: eran carros de lechera: en la zaga, una fila de cántaros de hojalata encerraba la mercancía.
Mi querida hermana, hará un sueño espléndido en el cabriolé, como que soy yo quien guiará. En cuanto a que nos quedemos a tomar el té, no puedo oí hablar de eso, porque la muchacha lechera, que se va a casar para el día de San Miguel, lo mismo derramaría la leche fresca en la batea de los cerdos que en los lebrillos.
Es verdad, repuso mi mujer; pero la lechera nos aseguró que estaba más tranquila. ¡Ah! El volcan no aparece cuando no arroja lava; pero cuando no la vomita, la lava arde dentro. ¿Cómo quieres que olvide en una hora, el recuerdo más poderoso de su vida, la emocion más profunda de su existencia?
Mi padre tiene tantas tierras que una ternerita de dos meses que entra por una punta es ya vaca lechera cuando sale por la otra. Eso no me asombra dijo la princesa. En tu corral no hay un toro tan grande como el de mi corral. Dos hombres sentados en los cuernos no pueden tocarse con un aguijón de veinte pies cada uno. Eso es una bicoca dijo Meñique.
Esa mujer va á cometer un disparate, exclamó vivamente mi compañera, y yo no esperé más. Bajo en el acto, me voy á casa de la lechera de la vecindad, la llamo la atencion sobre el estado de Luisa, y la buena Madama Fonteral deja inmediatamente su quehacer, me mira de un modo cariñoso y benévolo: ¿Que voulez-vous que je fasse?
El señor dormía hasta mediodía, como quien ha pasado la noche en el club, y por lo tanto tenían tiempo para empezar sus faenas. Por lo pronto se entretenían en darle empleo al dinero y las ilusiones les ocupaban bastante. Los hombres todos son algo parientes de aquella lechera de la fábula. Con esto, y lo que ya tengo ahorrado decía el mayordomo , puedo redondear mi renta vitalicia.
Que a una se le caían las tijeras: risa. Que otra pedía la madeja del hilo teniéndola colgada al cuello: risa. Que se presentaba la cocinera con la cara tiznada, pidiendo a la señora dinero para la lechera: gran algazara en el costurero. No solamente eran jóvenes y alegres las que cosían el equipo de Cecilia; pero además guapas, comenzando por su directora.
La vaca iba gorda, la vaca es lechera, ¡horror de lechera!; la vaca viene hecha un telar, y la vaca no está seca, porque á la vaca acabo yo de ordeñarla en el prao. Yo soy claro como el agua, y no tengo algún aquel en decir que aquí se han corrío voces de que en Mercadal se ha vendío este verano mucha manteca de la cabaña nuestra.
Eso de comer á lo transeunte, á lo bohemio, como si dijéramos al salto de mata, nos fastidia y nos entristece. Hemos llamado á la hija de la lechera, y la hemos encargado salchichon, jamon dulce, sardinas de Nantes, una libra de fresas, un panecillo y una botella de vino Macon. Mientras que la muchacha nos trae los recados, yo escribo esta revista á la manera que se persigna un cura loco.
Por la fatiga que sentía, por el calor que lo abrumaba, por la tirantez de su ropa en toda dirección y por otros detalles concurrentes, calculaba Lorenzo haber andado varias leguas, cuando al volver la cabeza por un movimiento de instintiva curiosidad, vio a corta distancia que Águeda desataba la cola de la lechera negra.
Palabra del Dia
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