United States or South Sudan ? Vote for the TOP Country of the Week !


En aquel día supremo, arrodillada ante el altar mayor de Santa Clotilde, bajo el resplandor estelario de los cirios en medio del grupo de flores que la rodeaban, la mano en la mano del esposo, el corazón desbordando de piadoso reconocimiento y de amor dichoso, Juana de Berengére alcanzó al cielo.

Julia le dijo que había pasado la noche sin novedad, y le devolvió el frasquito del líquido amarillo, diciendo con la mayor naturalidad. No ha hecho falta. Aprovechando una pasajera mejoría de Clotilde, se decidió pocos días después la vuelta a Madrid, pero sin esperanza: ella misma, convencida de su próximo fin, murmuraba tristemente al salir del pueblo: ¡A morir a casa!

Y ahora, para concluir, yo también tengo que hacer a V. una pregunta por encargo de mi ama, y claro está que repetiré con la mayor prudencia lo que V. diga. Vamos a ver: ¿cuál es el verdadero estado de la señorita Clotilde? Hoy por hoy, gravísimo. Creo, sin embargo, que de esa crisis saldremos adelante; pero de las que vengan luego no respondo; en uno de esos ataques tiene que quedarse.

Finalmente, comprendía que le era indispensable averiguar si Julia odiaba a Clotilde tan sólo por su pasada perfidia, o si estaba celosa de ella porque amase a Javier. Las circunstancias le favorecieron, y él las aprovechó, empleando medios conforme a su índole soñadora y romántica, siempre propensa a recursos en que la fantasía superaba al raciocinio.

Puede usted... es decir... yo creo que puede ayudarme. Y vamos al asunto. Sabe usted, como yo mejor que yo quizá que Carlitos, mi nieto, se ha enamorado como un loco de Inesita, la niña de Clotilde Rodríguez de Garaizábal. Mi nieto no vive, no duerme, ni descansa, pensando en ella. Está desesperado, aunque ello sea impropio de la compostura y serenidad propias de los Nuezvanas.

El de usted ha terminado; el mío empieza; porque no ha de escapar a la fina penetración de su inteligencia los malos ratos que me esperan frente a la oposición de Clotilde y de sus hermanas, de las tías de Inesita, de las hermanas y cuñados de ésta, de sus primos y primas, de toda la familia, en fin, la cual es natural que prefiera para Inesita el apellido y la fortuna de un Nuezvana antes que el oscuro nombre y la casi pobreza de mi pariente.

Las dos supuestas medicinas eran agua: ni la primera había de causar agitación, ni la segunda podía producir la muerte; pero si Julia daba la última, su intención no ofrecería duda de ningún género: habría mentido al decir que vino la excitación, y habría demostrado, sólo para Ruiloz, el deseo de abreviar la vida de Clotilde.

Las iglesias mas notables que yo he visitado en Paris, son la Catedral, San Sulpicio, la Magdalena, San Germain l'Auxerrois, la Santa Capilla, San Vicente de Paul, San Esteban del Monte, y Santa Clotilde.

Clotilde quedó inmóvil y adormilada, como en reposo absoluto de espíritu y de cuerpo; apenas se notaba su respiración. A Julia se le apagó la lámpara, y cogiéndola sin llamar a nadie, la sacó fuera para que no diese tufo, yendo a dejarla en uno de los cuartos inmediatos. Ya era día claro.

No les puedo ocultar a ustedes, que aunque lo sentía por el arte, me alegraba de que Clotilde se casara: la mujer siempre necesita el amparo del hombre. Y lo cierto es, que eran dignos el uno del otro por la figura: Inocencio tenía una presencia muy simpática. En el teatro no se hablaba de otra cosa más que de este matrimonio en ciernes.