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Actualizado: 16 de julio de 2025


Para evitar los gastos de oficina, esos señores reciben generalmente a sus clientes en el café de la plaza mayor, y celebran sus consultas ¿puede decirse que las celebran? entre el ajenjo y otra bebida. El digno Iscariote encamínase al café de la plaza mayor, acompañado de sus dos testigos. No vayamos tras de ellos. Cuando abandono el barrio judío, paso por delante de la oficina árabe.

Siempre limpia, atractiva y además excelente cocinera sabía contentar a los clientes. Gracias a ella, los notables de aquellos contornos iban con frecuencia al Sol de Oro.

Atilio y Lewis también le habían buscado muchas veces. Miguel estaba seguro de que era amigo de la duquesa de Delille, y en más de una ocasión habría visto sus lágrimas. Facilitaba dinero al cinco por ciento... cada veinticuatro horas, y entretenía sus ocios estudiando de lejos á los recién llegados, por si se ofrecían como nuevos clientes.

Lo que hace la reputación de un abogado, no es ganar siempre sus pleitos, sino abogar en causas de resonancia. Se habla más de los que dejan guillotinar a sus clientes, que de los que los salvan de la ruina. Supongo, pues, que Jaime se dedicará a la clientela de la Corte de Asises. La señora Aubry la interrumpió para dirigirse a Juan.

Uno del grupo, que parecía ejercer cierta autoridad sobre sus compañeros de oficio, acogió tal proposición con un gesto despectivo, expresando luego su extrañeza de que un hombre tan sabio como el profesor Flimnap creyese aún que los sastres geómetras tomaban medida á sus clientes como en los tiempos remotos. Nos bastará conocer el diámetro de uno de sus tobillos y de una de sus muñecas.

Detrás de la balaustrada estaban escribiendo dos empleados de lastimoso aspecto y en la primera parte de la habitación esperaban algunos hombres y algunas mujeres sentados en vetustas banquetas. Uno de los empleados levantó la cabeza, dejó la pluma, miro á los dos visitantes y reconociendo en ellos unos clientes poco comunes, se levantó de su asiento y dijo: ¿Qué desean ustedes, señores?

Se hacía agradable a sus clientes del bello sexo con la imparcialidad de un hombre de su posición, y en todas partes era el bien venido en su calidad de doctor por derecho hereditario.

El dinero acababa al fin por volver á la casa. Según Atilio, estaba perforado el Casino por galerías secretas, puertas invisibles y hasta trapas, lo mismo que el escenario de una comedia de magia; todo para el mejor servicio y evitar molestias á los clientes. Algunas veces, un enfermo se desmayaba en la mesa ó caía muerto por una emoción demasiado violenta.

La adopción del Unicode debería resolver muchos problemas, pero esto supone volver a escribir la mayor parte de los programas, lo que los productores de programas se muestran renuentes a hacer debido a los gastos, pues el rendimiento no está garantizado ya que los programas totalmente multilingües tienen menos interés para sus clientes que los programas de navegación."

Yo creo, señores, que entonces pillé para el resto de mis días esta enfermedad del estómago, que terminará conmigo... Acabé por establecerme, y poseo mi depósito en la calle Alsina, ya saben ustedes dónde; uno de los mejores depósitos al por mayor de ropa fina para señoras; y tengo clientes en toda la República y trescientas muchachas trabajando en los talleres.

Palabra del Dia

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