Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de mayo de 2025


¿Cuando me levante?... ¿Qué quieres decir?.. repuso sorprendido. ; ¿qué piensas hacer de tu vida? ¿Qué yo, chica?... Lo de siempre. Hubo un rato de silencio. Miguel esperaba que su hermana concretase más el pensamiento: viendo que no lo hacía, se decidió a hablar.

Ya le llamará la sangre, y en cuantito que vea a este retrato suyo, se le caerá la baba... y... chica, créemelo, hasta coche vamos a tener... ¡qué comedia! ¡Cuando digo que estaremos en grande!

La pobre chica, avergonzada y fuera de , no sabía cómo substraerse a las miradas de Arturo. Pero ¡ay! tomábase, por pudor, un cuidado completamente inútil: el Conde no la miraba; embebido por entero en una idea que parecía excitar su despecho y su cólera, recorría a grandes pasos el aposento, y acabó por tropezar con un jarrón de porcelana, que saltó hecho pedazos.

Un mes ha empleado Nieves para bordar dos escudos a la chica de doña Rosario... Y más pesada que ella todavía es Martina... Nieves borda muy bien. No, como bordar no hay en la villa quien le ponga el pie delante a Martina... Tiene manos de oro. A me gustan más los bordados de Nieves.

La brigadiera, sin oír más, se lanzó sobre ella, la cogió por un brazo y la sacudió tan fuertemente, que la chica perdió el equilibrio y cayó al suelo, dando con la cabeza sobre un pie del piano: lanzó un grito y se llevó la mano a la cabeza, de donde corría un hilo de sangre.

Anita contestaba con sonrisas.... De pronto apareció Visitación la del Banco, que vestía un traje de organdí con flores de trapo por arriba y por abajo. El escote era exagerado. Chica, vienes escandalosa le dijo la Marquesa, mientras le mordía la cara al besarla, para apagar así la risa. Visita miró como pudo hacia donde había mirado doña Rufina, y contestó sin turbarse: ¡Bah, no me parece!

Conque se dispusieron convenientemente dos o tres veladores lo más lejos que se pudo de los reverberos del billar que apestaban a petróleo; se pidió perdón a Nieves porque no olieran a cosa mejor, y se sentaron todos «en dulce amor y compaña», devorando a Nieves con los ojos los dos abogadillos; no sabiendo Leto Pérez dónde fijar los suyos con entera seguridad de no ser aludido por nadie, para evitarse la angustia de hablar delante de tan señalados huéspedes, y muy arrepentido el fiscal de haber puesto motes a aquel señor que, aunque tuerto, le parecía una excelente persona y era padre de la chica más guapa que había visto él de cerca en todos los días de su vida.

Corrígete, mujer... ¿Te has olvidado ya de la que hiciste en el convento? ¡Vaya un escándalo! Lo sentí mucho por ti. Aquel día me puse mala. Chica, no me hables... Vaya, que me trastorné de veras. Pero una tentación cualquiera la tiene. ¿Y qué, dije muchas barbaridades? Yo no me acuerdo. No estaba en , no sabía lo que hacía.

Voy a llevarte a la barbería y a raparte la cabeza, dejándotela como un huevo». Si le hubieran dicho que le cortaban la cabeza, no hubiera sentido la chica más terror. «Eso, ahora el moquito y la lagrimita, después me envenenas la sangre con tus peinados indecentes. Pareces la mona del Retiro... Estás bonita... ... Pero qué, ¿también te has echado pomada?».

¿No conoces en León a la persona aquí apuntada? siguió Colmenar señalando con la uña el renglón de la lista . ¿Un viejo muy guapo y fornido, muy tieso aún, Joaquín González, el Leonés? ¡El Leonés! Si no hay cosa que más conozca. Varias veces vino a asuntos al Gobierno civil de León. Claro que le conozco. Y ahora recuerdo; es verdad que tiene una chica, pero en esa que no me fijé jamás.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando