Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de julio de 2025
Todos vuelven a regañadientes a su tierra: llevan París en el corazón. La otra noche, el hijo mayor del doctor Zurita me consultaba sobre su porvenir. Apenas llegue a Buenos Aires, piensa exigir a «su viejo» que lo envíe a Europa... Quiere estudiar en París no sabe qué... pero en fin, quiere estudiar, sin aproximarse por esto al Barrio Latino, que encuentra poco chic y con mujeres ordinarias.
De otra suerte se exponía a que el mismo objeto de sus expansiones cariñosas le respondiese con alguna cuchufleta como le sucedió más de una vez. Gracias a estas diligencias y a tal aprendizaje que fué para él rudo, logró que se le respetase algo más, que se le mirase como hombre chic, suprema felicidad a que no es fácil llegar en esta mísera existencia planetaria.
Pepe Castro se peinaba echando el pelo hacia adelante, para ocultar cierta prematura calva. Ramoncito, que tenía un pelo hermoso se peinaba también hacia adelante. Hasta la calva hubiera imitado con gusto por parecerle más chic. Pues bien, a pesar de tan devota imitación no había podido obedecerle en lo tocante a sus incipientes amores.
Y así sucedió en efecto: a todos pareció muy chic aquel nuevo capricho, y a la noche siguiente se veían por todas partes en el teatro trajes de dos colores diversos con guantes de dos colores distintos. El debut de Miss Jesup alcanzó una ovación ruidosísima, y sólo hubo que lamentar un chistoso ridículo.
Estaba él orgulloso de aquella pechera, de aquel frac madrileño, de aquellas botas sin tacones que eran la última moda, lo más chic, como ya empezaba a decirse en Vetusta. Pero él no pensaba en esto, pensaba en que, según veía, tarde ya, le tocaba romper la marcha; su bis a bis era Trifón, y Trifón había empezado a ponerse en movimiento. Trabuco sudaba antes de haber motivo para ello.
¡Antes de buscarnos motivos de ruptura, sería prudente esperar a que Martholl pidiera mi mano! Si no la ha pedido todavía, la pedirá, puedes estar segura, y no veo qué razón te haría rechazar a un novio tan extraordinariamente chic. Anda, no lo dudes, hay muchas probabilidades de que pronto seas la señora de Martholl.
Se pierde importancia, se desvaloriza, como dicen allá, y los amigos que esperan con interés vuelven de pronto la espalda... ¡La novedad! ¡El ser de uno nada más, para que pueda darse importancia y sus amigos le tengan envidia! Usted no sabe lo que en América se paga esto, mon cher. Vale tanto como un vestido chic y mucho más que la hermosura... No; aquí, en el buque, nada.
Creo que unos quince días. ¡Oh! no es mucho; habrá que decidirlo a pasar toda la estación; hay tan pocos flirts interesantes... Ya verá usted qué chic es dijo Diana. Pero, ahí viene con Platel: puede empezar a contemplarlo. Hacia el extremo de la larga avenida, dos jóvenes avanzaban.
Este nombre tardó á resucitar en la memoria de ella más aún que los nombres anteriores. Robledo, para ayudarla, recordó el parque artificial improvisado en su honor á orillas del río Negro. Fué chic aquella fiesta, ¿no es cierto?... Otros hombres han hecho por mí cosas más caras; pero aquello resultó original... ¡Pobre capitán!
Luís, no tocándole la cuerda del chic, el esprit y el confort, es un perfecto hombre en su juicio; pero en cuanto se traspasa el tabique de los Pirineos, enristra la lanza de Don Quijote y demuestra que en todos los siglos nacen andantes caballeros. Luís tiene todas las condiciones para ser feliz, y sin embargo, no lo es.
Palabra del Dia
Otros Mirando