Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de junio de 2025
La tragedia, ajustada á la rigidez de las antiguas reglas, ha desaparecido con la atmósfera cansada é insoportable que la envolvía, y hasta los escritores, antes los partidarios más decididos del clasicismo, han renunciado por entero á sus antiguas preocupaciones; pasó ya la primera explosión de la libertad, recientemente alcanzada, y producciones originales, siempre de mayor mérito, é hijas de los esfuerzos más nobles, se van sobreponiendo á las frivolidades extranjeras y á los absurdos nacionales.
Estoy algo cansada de la vida; ya se convencerá usted de ello cuando me conozca más.
Veo que estás muy cansada. ¿No te convendría descansar un poquito? ¡Oh! no, señor; no puedo descansar dijo Clara, aterrada ante la idea de que la llevaran á una sacristía. Sí, hija mía: estás muy fatigadita, y yo no tengo corazón para verte andar por esas calles á estas horas y con este frío. No importa, señor cura: no me puedo detener. ¡Jesús, María y José!
Hallaron a don Vicente en los brazos de sus criados, a quien con cansada y debilitada voz rogaba que le dejasen allí morir, porque el dolor de las heridas no consentía que más adelante pasase.
No te encarames, o te vas de aquí más pronto que la vista. ¿En dónde está Pecado?». Para preguntar, los sabios y los chicos. La Sanguijuelera, cansada de responder a la misma pregunta, le cogió con una mano los dos carrillos, estrujándoselos, con lo que la boca del Majito resultó como una guinda. Le dio un beso en ella, diciéndole: «¡Qué pesado eres..., y qué rebonito!».
Un día, la señorita de Porhoet, cansada de esa incesante burla, le dijo delante de mi: Querida mía, se ha posesionado del corazón de usted, hace algún tiempo, un demonio que haría bien en exorcizar lo más pronto posible; de otro modo, acabará usted por formar una homogénea trinidad con las señoras de Aubry y de Saint-Cast; quiero advertírselo bien claro.
El confesor del rey fué introducido en el elegante gabinete de doña Clara. La joven estaba pálida, cansada, y la palidez y el cansancio aumentaban su hermosura. ¡Oh! ¡bendito sea Dios, que os veo! dijo levantándose y poniendo un sillón junto al brasero al padre Aliaga. Me habéis escrito una carta que me ha puesto muy en cuidado dijo fray Luis.
En medio del camino, y muy distante aún de las puertas de la ciudad, se sintió algo cansada y se sentó al pié de un árbol. Sacó del bolsillo una naranja; y ya iba a mondarla para comérsela, cuando se le escapó de las manos y empezó a rodar por aquella cuesta abajo con singular ligereza.
Gran confusión. Levantóse el padre, con los puños cerrados, se interpuso Pablo Aquiles, muy pálido, y Casilda, llorando; pero Gregoria, ya sin freno, se desbocó, vociferando que cansada de aquella vida, se marchaba lejos y no la volverían a ver más, nunca, nunca.
Fue feliz durante casi toda su vida, porque la Fortuna le halagó propicia, siendo para él en la juventud novia cariñosa, en la edad viril mujer amante y luego sumisa compañera; únicamente en la vejez, cuando creía tenerla más sujeta, comenzó a mostrársele rebelde, como hembra cansada de ser fiel mucho tiempo.
Palabra del Dia
Otros Mirando