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Actualizado: 21 de mayo de 2025
Facundo se encarga de una tentativa desesperada sobre La Rioja o Mendoza, recibe para ello doscientos presidiarios sacados de todas las cárceles, engancha sesenta hombres más en el Retiro, reúne algunos de sus oficiales y se dispone a marchar. En Pavón estaba Rosas reuniendo sus caballerías coloradas; allí estaba también López de Santa Fe.
Como la mayor parte de la nación, tenía la mentalidad de un lector de libro de caballerías que se siente defraudado cuando el héroe, un hombre solo, no parte mil enemigos de un revés. Buscaba con predilección los periódicos más exagerados, los que publicaban más historias de encuentros sueltos, de acciones individuales, que nadie sabía con certeza dónde habían ocurrido.
Aventuras así las había él llevado a feliz término, y no por eso se creía deshonrado; pues el amor no se anda con libros de caballerías, y unas eran las empresas del placer, y otras las de la vanagloria; cuando se trataba de estas, lo mismo él que don Juan, sabían proceder con todos los requisitos del punto de honor.
Al cabo de lo cual, dijo: -Sepa vuestra merced, señor don Rodrigo de Narváez, que esta hermosa Jarifa que he dicho es ahora la linda Dulcinea del Toboso, por quien yo he hecho, hago y haré los más famosos hechos de caballerías que se han visto, vean ni verán en el mundo.
A lo cual respondió Sancho: -Vive Dios, señor Caballero de la Triste Figura, que no puedo sufrir ni llevar en paciencia algunas cosas que vuestra merced dice, y que por ellas vengo a imaginar que todo cuanto me dice de caballerías y de alcanzar reinos e imperios, de dar ínsulas y de hacer otras mercedes y grandezas, como es uso de caballeros andantes, que todo debe de ser cosa de viento y mentira, y todo pastraña, o patraña, o como lo llamáremos.
Los ferrocarriles que están en construccion acrecerán inmensamente tan luego como estén terminados la riqueza pública del Brasil, pues entónces será fácil y barato el trasporte del café desde las provincias del interior á los puertos del Brasil, trasporte que hoy se hace por medio de caballerías, con grandes dispendios y con el empleo necesario de mucho tiempo, porque ademas de ser grandes las distancias, faltan caminos.
El pobre hombre se quedó hecho una estatua al oir la proposición. «Señor, le dijo, mire V.S. que vengo desde más allá de Becerrilejo; que traigo ocho de familia y cuatro caballerías para ellos y para los equipajes; que he pagado adelantado el alquiler de la bodega, y he gastado mucho en colocar la tramoya que V.S. está viendo.
Cuanto más que, si bien caigo en la cuenta, este vuestro libro no tiene necesidad de ninguna cosa de aquellas que vos decís que le falta, porque todo él es una invectiva contra los libros de caballerías, de quien nunca se acordó Aristóteles, ni dijo nada San Basilio, ni alcanzó Cicerón; ni caen debajo de la cuenta de sus fabulosos disparates las puntualidades de la verdad, ni las observaciones de la astrología; ni le son de importancia las medidas geométricas, ni la confutación de los argumentos de quien se sirve la retórica; ni tiene para qué predicar a ninguno, mezclando lo humano con lo divino, que es un género de mezcla de quien no se ha de vestir ningún cristiano entendimiento.
Pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad. Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso, que eran los más del año, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda.
Pero ¿quién que tuviera los sesos en su sitio había de pensar que Demetria pudiera comer con gusto ya las farrapas y los nabos?... ¡Vamo, hombre!... Al que prueba las tajadas se le hincha la barriga con el verde... Y mayormente que no semos caballerías para jamar tanto forraje... Luego la chavalilla ¿pa qué más de la verdad? merecía otra cosa que un paisano.
Palabra del Dia
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