United States or Monaco ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ferragut tuvo la seguridad de que los fugitivos se reían de él al verle correr por la cubierta, que empezaba á combarse echando fuego por sus resquebrajaduras. Se vió, sin saber cómo, en el bote más pequeño, rodeado de varios negros y diversos objetos amontonados con la precipitación de la fuga: un barril de galleta medio vacío, otro de agua que sólo contenía unos pocos litros.

Visto que nuestra armada era rota y desbaratada y que toda la gente de las galeras que habían encallado, y las que habían venido á la vuelta del castillo, se echaban á la mar é venían nadando, quién con barril, quién con pavés y quién á fuerza de brazos, y que cada uno se daba priesa á tomar tierra á lo menos cerca, creyendo que los moros que parescían en la marina, que no eran pocos, eran amigos; pero como vieron el armada turquesca victoriosa, y que para disculparse de lo que habían jurado pocos días había, que era vasallaje y fedelidad á V. M., era bien poner las manos en los cristianos, lo comenzaron á hacer de manera que fué menester que el Duque me mandase que fuese con gente á socorrer á los que venían á salvarse á tierra.

No; que se ponga ahí, encima de ese barril y nos hable exclamó otro, que por las señas debía ser Matutero, el que atropello á Coletilla, según referimos al principio. Que hable, que hable gritó una mujer alta, huesosa, descarnada y siniestra, que parecía la imagen misma de la anarquía. ¡Que hable, que hable! Señores dijo Calleja alzando el dedo como si quisiera horadar el firmamento.

Ryp, el cocinero, registró los armarios de Zaldumbide y vino ayudado por dos amigos con tres cofres de latón. Otros, por orden del teniente, bajaron los rifles. Embarcamos tres cajas de galleta, agujas, tijeras, todo lo que pudimos. La ballenera llevaba un barril de agua y una linterna, que nos serviría para mirar de noche la brújula.

Catalina se ocupó de poner la mesa con Luisa. Duchêne subió de la bodega un barril de vino, llevándolo sobre el hombro; lo colocó en el aparador, hizo saltar el tapón, y cada guerrillero fue presentando su vaso, su cacharro o su cantimplora ante el chorro de color púrpura, que brillaba a los reflejos del hogar.

Al día siguiente, apareció misteriosamente un barril al lado de la puerta, y con igual misterio cada mañana quedaba lleno de agua fresca de la fuente. Y no sólo eran éstas las únicas delicadas atenciones que recibía esta joven singular.

Eran los patriarcas de la bodega: estaban bautizados con los nombres de los héroes que gozaban de fama universal cuando ellos nacieron. Un barril se llamaba Napoleón, otro Nelson; los había adornados con la corona real de Inglaterra, porque de ellos habían bebido monarcas de la Gran Bretaña.

El primer barril fué izado y arrojado al agua, y la misma operación continuaron haciendo con los demás barriles y con la arena del lastre. Mientras los cuatro holandeses efectuaban tan penosa maniobra, el chino vigilaba con atención. Era el más joven de los pescadores que embarcaron en el junco, pues sólo tenía diez y ocho o diez y nueve años; pero era uno de los más hábiles y nadaba como un pez.

Uno de los hombres de la partida arrojó al fuego un brazado de ramillas secas; se formó una alta llama y aparecieron los jinetes de Marcos Divès a caballo: doce hombres corpulentos, envueltos en grandes capas grises, con el sombrero caído sobre los hombros, los espesos bigotes retorcidos o lacios y largos hasta el cuello, el sable en la diestra, inmóviles alrededor del volquete; más allá, Catalina Lefèvre, acurrucada junto a la barandilla de su carro, con una capucha metida hasta la nariz, los pies enterrados en paja y la espalda apoyada en un gran barril; detrás de Catalina se amontonaban una olla, unas parrillas, un cerdo abierto en canal, limpio, blanco y sonrosado, varias gavillas de cebollas y algunas coles para hacer la sopa: todo aquello salió un momento de la obscuridad y volvió a quedar en la sombra.

El dominico le prestó un tomo de Selgas y un folleto con discursos de don Alejandro Pidal y Mon. Belarmino cortó al pájaro las guías de las alas y lo metió en el fondo de un barril oscuro. Allí le daba sopas en vino blanco fuerte, e inclinándose sobre el tonel le leía, separando bien las palabras, versos de Selgas y párrafos de Pidal.