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Actualizado: 6 de julio de 2025


Se deshace con él en obsequios y atenciones; y, siempre que mi padre trata de hablarle de amor, le pone a raya echándole un sermón dulcísimo, trayéndole a la memoria sus pasadas culpas y tratando de desengañarle del mundo y de sus pompas vanas. Confieso a Vd. que empiezo a tener curiosidad de conocer a esta mujer; tanto oigo hablar de ella.

«Dios me lo perdone dicen en este pasaje los Apuntes , si en el supuesto me engaño, porque bien pudiera ser causa de mi juicio el recuerdo de lo pasado; de aquel desdén, que rayaba en antipatía, con que empapó mi corazón, en una edad en que arraigan las impresiones para el resto de la vida; pero yo no vi nunca en las nuevas atenciones de mi madre uno solo de esos reflejos que llegan al alma y hacen latir al unísono dos corazones.

Cuidado con exagerar. Sus palabras contienen tantas promesas... Sus amigas pueden informarle a este respecto. Cuando estamos reunidos, ellas saben bien de quién me ocupo exclusivamente. Si usted se pareciera a ellas, ya estaría convencida de la naturaleza de mis sentimientos, ¡pero es usted tan diferente!... ¡Ni siquiera puedo saber cómo recibe usted mis atenciones!

Me he juzgado más firme de lo que soy en realidad. He creído que podría vivir sin estar rodeado de las atenciones á que estaba dulcemente acostumbrado y he visto después que me engañaba y que moriría de pena en la soledad. Muere; no vemos en ello ningún inconveniente. Habla por ti, querida prima; pero no en nombre de Mauricio.

Después de esto, vuestra posición respecto del señor de Lerne después de vuestro duelo, os impone ciertas atenciones particulares. Es justo; pero, ¿cómo tener valor para alejarme? A propósito interrumpió la señora de Maurescamp . ¿Cuál ha sido el motivo de este duelo? ¿Puede saberse? ¡Oh! nada, habladurías. ¿Habladurías? ¿Qué habladurías? Una palabra hiriente que me refirieron.

Bobart, cogido por el brazo, abrió él mismo la puerta y como quisiera alumbrar el camino, con su linterna, dijo Mauricio: ¡Demasiadas atenciones! La luna basta ... y sobra. Hay que ir á buscar á mi padrino á la estufa. Ante la idea de encontrarse enfrente de Roussel, Bobart se estremeció, pero echó á andar, sin embargo. No tenía deseo alguno de resistirse.

El señor Lautrec tiene ideas que se aproximan a las mías, o que, al menos, no las contradicen violentamente. Es muy agradable y, sin decir jamás piropos triviales, sabe hacer halagüeñas sus atenciones. Pero hay en él algo que se opone a la idea del matrimonio.

Sus brutalidades con las señoras vienen de que no tiene conciencia de las delicadas atenciones que la debilidad merece; las humillaciones afrentosas impuestas a los ciudadanos provienen de que es campesino grosero, y gusta por ello de maltratar y herir en el amor propio y el decoro a aquéllos que sabe que lo desprecian.

Desde entonces fue para mi un verdadero suplicio el ver al señor de Couprat, y observar todas las atenciones y delicadezas de que colmaba a Blanca. ¡Cuánto lloraba en silencio! pero eso , nunca, nunca sentí celos de Juno. ¡Dios mío! no; yo era una criatura que amaba sincera y profundamente, pero sin que la más mínima sombra de pasión feroz se mezclase a mi amor.

No será ocioso decir que en aquel momento sintió D. Benigno renacer en su pecho la antipatía que en otras ocasiones le inspirara su amigote; pero como en tan noble alma no cabía la ingratitud, pensó en las atenciones y cuidados que al mismo debía durante la enfermedad, y con esto se le fue pasando el rencorcillo.

Palabra del Dia

godella

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