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Actualizado: 10 de junio de 2025
En aquel momento por las vueltas y revueltas del río, hablábase de su rectificacion y naturalmente de los trabajos de las Obras del Puerto. Ben Zayb, el escritor que tenía cara de fraile, disputaba con un joven religioso que á su vez tenía cara de artillero.
Todo pareció temblar; pero acostumbrados los dos viajeros á oir los estampidos de las piezas por la parte de la boca, les pareció de segundo orden el estrépito presente. Lacour iba á continuar su relato sobre el glorioso abuelo de la Convención, cuando algo extraordinario cortó su facundia. Tiran dijo simplemente el artillero que ocupaba el teléfono.
En otras armas era más experto: la granada de mano, que le hacía recordar los juegos de pelota de su infancia; la ametralladora, que había manejado como simple sirviente; los explosivos arrojados con honda. Hasta tenía sus habilidades de artillero, pero artillero de trinchera, para cargar morteros de tiro corto y enviar torpedos y proyectiles asfixiantes á la trinchera inmediata.
Los sargentos dictaban cifras, comunicadas en voz baja por otro artillero que tenía en una oreja el auricular del teléfono. Los sirvientes obedecían silenciosos en torno del cañón. Tocaban una ruedecita, y el monstruo elevaba su morro gris, lo movía á un lado ó á otro, con la expresión inteligente y la agilidad de una trompa de elefante.
Se acercó, no obstante, a lo largo de la tartana, sin que se oyese ni un solo disparo. Entonces, arrojando su amarra, recomendó su alma a Dios, porque, según los informes topográficos y precisos del artillero, era en aquel momento cuando las amplias bocas de los esmeriles debían hacer un fuego del infierno. Esperó, pues, y besó su rosario exclamando: ¡De rodillas, hermanos míos, somos muertos!
¡Maestro, balas! ¡pronto, balas! ¡Balas! ¡santo Dios, qué cañonazos! si vais tan de prisa durante un cuarto de hora, las gargantas de nuestros cañones se secarán pronto. Tomad, hijos míos, y cuidadlas bien, son las últimas. Entonces el señor Durand abandonó el saco de artillero para tomar el martillo del calafate, y se precipitó hacia la bodega para tapar la vía de agua.
El vértice era el sitio donde ellos estaban; la parte ancha del triángulo el límite del horizonte real que abarcaban con los ojos. Vamos á tirar contra este bosque dijo el artillero señalando un extremo de la carta . Aquí es allá continuó, designando en el horizonte una pequeña línea obscura . Tomen ustedes los gemelos.
Los dos amigos llegaron hasta Walsch con el objeto de estrechar la mano de Daniel Hirsch, antiguo artillero de marina, que les prometió arrastrar consigo a la gente de su concejo. En aquel sitio, Labarbe dejó a Juan Claudio, que siguió solo su camino.
Pero aquella noche que fue como la de una batalla a obscuras, terrible, le convenció de la inocencia del párroco y de la virtud de Paula. Aquello no se fingía; mucho sabía el artillero de las trampas del mundo, de las doncellas falsas, pero él se fue a su casa al alba persuadido de que había vencido, bien o mal, una honra verdadera. Y volvió a su proyecto de casarse con el ama del cura.
Usted tendrá más probabilidades para abordar al maldito atacándole por estribor, hijo mío le dijo gravemente el artillero Pérez ; por babor trae desgracia, y he aquí probablemente lo que la pasará: Se acerca usted a cierta distancia... tiran contra usted... Perfectamente, compadre... Se aproxima aún más... y desde lo alto de las vergas le tiran un puñado de balas que caen sobre su chalupa... Muy bien, compadre.
Palabra del Dia
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