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Actualizado: 11 de junio de 2025


¡Mira que hago fuego! volvió á repetir el otro con voz aún más sombría. ¡Tira de una vez, hijo de perra!... no eres escocés.... eres.... No pudo seguir. ¡Ya que lo quieres!... Y el gringo apretó los dos gatillos al mismo tiempo. Una nube blanca se extendió ante sus ojos. Al disolverse el humo y extinguirse el doble trueno, vió á Morales tendido á sus pies.

El mísero jaco sintió una rabia de cordero en los estremecimientos de su agonía, y mordió la mano del hombre. Este dio un grito, agitó la diestra ensangrentada y apretó el puñal, hasta que el caballo cesó de patalear, quedando con las extremidades rígidas.

No había necesidad de eso. No tengo ningún deseo de ir. Si quieres que esté aquí hasta que amanezca, aquí estoy... Y a no me gusta ni me gustará jamás otra mujer que . La firmeza y sinceridad con que pronuncié estas últimas palabras la conmovieron. Me apretó la mano con ternura y dijo, sacando otra vez la corbata por la reja: Toma; tengo confiansa en ti. Quédate con ella.

Toda idea nueva y feliz produce como una llamarada interior, cuyo reflejo sube al rostro, cuando este no se ha educado en el disimulo y la hipocresía. Cordero avivó el paso y apretó fuertemente el puño del bastón, repitiendo: Entonces....

Sábese que quien más apretó la dentellada en aquella puja de mordiscos fue la Escribana mayor, que, según fama, se bebía los vientos por el hijo del boticario.

En mitad de la ascensión pensó que rodaba al pie del hórreo, y apretó contra el pecho a la niña, que, despertándose, rompió en llanto.... ¡Que llorase! Allí no la oía alma viviente; por la era sólo vagaba media docena de gallinas, disputando a dos gorrinos las hojas de una col. Perucho entró triunfante por la puerta del hórreo....

Como el Evangelio. ¿Pero él no sabe que Germana está enferma? Lo sabe. ¿Que está moribunda? Lo sabe. ¿Desahuciada? Lo sabe. Una nube pasó por el rostro del viejo duque. Se sentó en un rincón de la fría chimenea sin darse cuenta de que estaba casi desnudo y, apoyando los codos sobre las rodillas, se apretó la cabeza con las manos.

Ese franco que piden, contesté yo, no tiene nada de particular; al contrario, es una gabela natural, y lógica. Se trata de la Bolsa, y por simpatía, atacan la bolsa de los curiosos. Te lo voy á decir francamente, repuso mi mujer, y apretó el paso, como si lo que me iba á decir la espolease. «Yo creí que Paris era un pueblo de suma caballerosidad, y de sumo idealismo.

Entre aquellos dos seres buenos se había establecido una corriente de tierna simpatía. Pero la noche avanzaba. Tristán empezó a dar muestras de impaciencia, bostezando, levantándose y poniéndose de bruces sobre el balcón. García entendió al fin y se dispuso a marcharse. Tomó el sombrero, volvió a abrazar efusivamente a Tristán, apretó con el mismo cariño la mano de Clara y salió.

Eran más de las doce, y las siete acequias empezaban á mostrarse cansadas de tanto derramar pródigamente el caudal de su justicia, cuando el alguacil llamó á gritos á Bautista Borrull, denunciado por infracción y desobediencia en el riego. Atravesaron la verja Pimentó y Batiste, y la gente aún se apretó más contra los hierros.

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