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Actualizado: 9 de junio de 2025


Pero en esto la llamó su madre «parleteruca sin sustancia» y se la llevó consigo fuera de allí para otras ocupaciones de urgencia, por lo cual no pude yo decirla lo que pensaba en apoyo de su dictamen, en consideración siquiera a la culpa que yo tenía de aquel trastrueque, y, sobre todo, a que se le puso a la pobre la cara como una amapola con la reprimenda, aunque lanzada en son de chanza.

Ninguno dijo la muchacha. ¡Ah! pues entonces jugaremos. ¿Y qué vamos á jugar? El derecho exclusivo de hacerla el amor, y el regalo para que se ablande. Vaya, vuesas mercedes están muy divertidos dijo la muchacha poniéndose encendida como una amapola. ¡Ah! dijo el alférez , ¿todavía tienes vergüenza? cosa rara estando sirviendo en esta casa y siendo tan bonita.

Papá, el otro día, le dijo, riéndose, que tenía seducido al Conde de Chateliez... , como yo, la viste sonrojarse hasta parecer una amapola y murmurar: Padre, su amigo es algo maduro... ¿No ha pasado ya los cuarenta años?... Si fuera más joven, tal vez me dejaría tentar... Seduce el título de condesa. ¡Condesa María Teresa! ¡No haría mala frase!... Es cierto.

Estás como una amapola dijo Inesita. El grupo en que habían visto al Conde venía hacia ellas de frente. El Conde iba sin duda a pasar al lado. ¿Quién sabe si les hablaría? ¿Quién sabe si les diría alguna palabra atrevida, que don Braulio oyese? Por este recelo quizá se había puesto tan colorada doña Beatriz.

La otra comenzó a reír de tan buena gana, que le dirigí una rápida y no muy afectuosa mirada. Pero no se dio por entendida; siguió riendo, aunque para no encontrarse con mis ojos volvía la cara hacia otro lado. Hermana San Sulpicio, mire que es pecado reírse de los disgustos del prójimo le dijo la madre. ¿Por qué no imita a la hermana María de la Luz? Esta se puso colorada como una amapola.

Quien ahora tragaba saliva era el Presidente del Casino, colorado como una amapola. Ya tenía él en sus ojos, casi siempre apagados, las chispas que saltaban de los de Visita. Pero te ha de costar mucho trabajo.... Puede que no tanto dijo Mesía, sin contenerse. Ella tragar... ya tragó el anzuelo. ¿Crees ? , estoy segura.

En aquella mano habían estampado un beso hacía un instante y ella, en vez de castigar la insolencia, se había limitado a levantarse del asiento roja como una amapola. ¿Cómo había perdido la fuerza para rebelarse? Esta idea dolorosa trazaba una arruga profunda en su frente.

El sacerdote se encendió como una amapola, y volviendo prontamente la cabeza, repuso con aspereza mirando a las tablas del confesonario: Bueno, bueno... Deje usted... Me parece excesivo, en efecto... Absténgase en adelante de hacer tales penitencias sin consultarlas antes con su confesor.

Si eres hermosa, otras lo son también, y si te quiero no es por tu mérito, sino por ser la primera mujer con que he tropezado... Después de todo, quizá no esté enamorado de ti, sino de la imagen que de ti se ha formado en mi corazón... Porque, á la verdad... voy viendo que interiormente vales bien poquito. Soledad se puso á su vez roja como una amapola.

Frente a , con la cara roja como una amapola, con los ojos alzados, estaba una inglesa, algo como una nodriza o sirvienta de alguna familia inglesa de Bogotá; trabó en el acto conversación conmigo, y aunque yo, fastidiado, irritado en ese instante, no le contestaba una palabra, encontró medio de contarme que había hecho sola todo el camino de Bogotá a Bodegas porque, como los peones que la acompañaban lo causaban más aprensión que confianza, les daba plata para que se fueran a beber chicha o guarapo en todas las botillerías de la ruta, sistema cuyo resultado fue que quedasen tendidos en el camino.

Palabra del Dia

rigoleto

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