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Había conocido mujeres de todos los colores, blancas, rojas, amarillas, verdes... pero sólo una vez había tropezado con el amor, muy lejos, al otro lado del planeta, en el puerto de Valparaíso.

Tratábase de festejar la colocación de la primera piedra del nuevo templo con una gran función religiosa y profana. La erección de este templo había sido desde largos años el sueño dorado de los piadosos vecinos de Peñascosa. Siempre había tropezado con obstáculos insuperables.

Viniendo al café aquella noche había tropezado en la calle con un hombre tendido sobre la acera. Quiso levantarle. El hombre no podía tenerse en pie a causa de su extrema debilidad: según dijo no había tomado alimento en treinta y seis horas. Lleno de compasión le arrastró como pudo hasta un restaurant próximo; hizo que le sirviesen caldo y le pagó una buena comida.

Acaso un psicólogo experimental me replicará con sorna: «pero, si el espíritu sigue sin existir.... Yo no he tropezado con el espíritu en mis experimentaciones». Responderé yo: «tanto peor para usted, pues es señal de que usted no tiene espíritu y no puede ser cristiano». El espíritu es superior a la psique y no se puede llegar hasta él por la mera psicología.

Cosas de mozos; se ha enamorado á bulto. Pues mirad: ha acertado en enamorarse, porque eso tiene ahorrado para cuando la vea el semblante. ¿Pero quién es ella? ¿habremos tropezado con otra pieza mayor? No por cierto; se trata de una doncella que, á pesar de su hermosura, nunca ha tenido novio. El nombre, tío Manolillo, el nombre. Doña Clara Soldevilla.

Además de estas divisiones, é independiente de ellas, existe largo tiempo una nomenclatura técnica en la historia del teatro español, que juega en ella un papel importante. ¿Quién no ha tropezado, por ejemplo, con los títulos de Comedias de capa y espada, heróicas, de figurón, etc., sabidas al dedillo por cualquier literato que quiera hacer alarde de su conocimiento del español?

Miró el caballero tropezado alternativamente al palafrenero, al incógnito y á su caballo; comprendió por lo amenazador de la actitud del jinete que se trataba de alguna pendencia cortada, ó por mejor decir, suspendida por su aparición, y dijo con acento severo y lleno de autoridad: ¿Que significa esto? Señor, este mal hombre quería pegarme porque me he reído de su caballo contestó el palafrenero.

Y no se crea que el mediquillo ejerce su noble profesión con el descreimiento del charlatán, no; la practica con la misma fe que el más concienzudo hombre de ciencia, rodeando todos sus actos de una solemne y cómica gravedad, tan rayana al ridículo, que no he podido menos de reirme siempre que he tropezado con alguno de esos pseudo enterradores.

Sea por lo que sea: por un capricho, porque Clara es bonita, porque he tropezado con ella casualmente en mi camino, por lo que á V. se le antoje, yo la he rescatado. Todo lo que herede ella por muerte de su marido de V. lo gozará ya, con años de anticipación, el que debiera heredarle, si Clara no viviese. Viva, pues, Clara. Vengo á pedir á V. su vida.

Ferragut recordó el cortejo de Afrodita que el médico le había descrito tantas veces en las noches estivales, viendo á lo lejos las luces de los faros. Tal vez había tropezado con la alegre comitiva de las nereidas, uniéndose á ella para siempre.