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Actualizado: 4 de junio de 2025


¡No puedo, madre, no puedo; perdóneme! replico aquélla haciendo esfuerzos por contenerse, sin resultado alguno. Déjela usted reír. La verdad es que la cosa tiene más de cómica que de seria dije yo afectando buen humor, pero irritado en el fondo. Estas palabras, en vez de alentar a la hermana, sosegaron un poco sus ímpetus y no tardó en calmarse.

Respecto a Carlitos, no puedes imaginarte cuánto siento no poder corresponder a la vehemencia de su pasión, que nada hice bien lo sabe él por alentar ni infundir. Es un joven distinguidísimo, bueno, lleno de méritos; y, en virtud de estos mismos merecimientos, no debe ser engañado con una correspondencia fingida de que yo soy incapaz. Se curará de su pasión, me olvidará.

, aquel Simoun tan rico, tan poderoso, tan temido una semana antes, ahora, más desgraciado que Eutropio, buscaba asilo, y no en los altares de una iglesia, ¡sino en la miserable casa de un pobre clérigo indio, perdida en el bosque, en la orilla solitaria del mar! ¡Vanidad de vanidades y todo vanidad! ¡Y aquel hombre, dentro de breves horas, va á ser preso, arrancado del lecho donde yace, sin respeto á su estado, sin consideracion á sus heridas, vivo ó muerto le reclamaban sus enemigos! ¿Cómo salvarle? ¿Dónde encontrar los acentos conmovedores del obispo de Constantinopla? ¿Qué autoridad tenían sus pobres palabras, las palabras de un clérigo indio, cuya humillacion aquel mismo Simoun en sus días de gloria parecía aplaudir y alentar?

Zafóse Candido asustado, y el miserable dixo al otro miserable: ¡Ay! ¿con que no conoces á tu amado maestro Panglós? ¿Qué oygo? ¡vm., mi amado maestro! ¡vm. en tan horrible estado! ¿Pues qué desdicha le ha sucedido? ¿porqué no está en la mas hermosa de las granjas? ¿qué se ha hecho la señorita Cunegunda, la perla de las doncellas, la obra maestra de la naturaleza? No puedo alentar, dixo Panglós.

Mas no habiéndose determinado por V. S. tiempo fijo, sino sólo prevenido que fuese con toda brevedad y que con título de piedad se disimulase alguna culpable omisión, hubo de pasar el P. Comisario Luis de Altamirano en persona á dichas Misiones, y puesto en ellas comenzó con imponderable empeño, celo y eficacia á actuar su comisión, con tan vivas ansias de que se ejecutase luego todo lo prevenido, que no perdonó diligencia alguna ni omitió instante en la actuación de sus prudentes órdenes y arbitrios á que estuvieron tan prontos los PP. Misioneros para obedecer sus mandatos, que en fuerzas de ellos aun los PP. más ancianos y enfermos se esforzaron para alentar á los indios, unas veces con ruegos y otras con amenazas, haciéndoles presente la obligación que tenían de obedecer á su soberano y cuán bien les estaría exponerse á las fatigas y aún perder sus bienes para acreditar su antigua lealtad.

Si soy canónigo no puedo alentar la esperanza de que por un milagro seáis mía. Dejemos, dejemos ese asunto... ya que no queréis ser canónigo... ¿os convendría ser alcalde? ¡Oh! tampoco; soldado de la guardia española al servicio inmediato de su majestad; así os veré cuando haga las centinelas; os veré pasar alguna vez á mi lado. Y veréis pasar otras muchas hermosas damas.

Miles de carneros llamados por los pastores y hostigados por los perros, cuyo galopar confuso y alentar jadeante se perciben, amontónanse con prisa, medrosos e indisciplinados, hacia los apriscos.

Viendo lo cual Sancho Panza, se puso en pie, y, arremetiendo a su amo, se abrazó con él a brazo partido, y, echándole una zancadilla, dio con él en el suelo boca arriba; púsole la rodilla derecha sobre el pecho, y con las manos le tenía las manos, de modo que ni le dejaba rodear ni alentar.

398 Siento que mi pecho tiembla, que se turba mi razón, y de la viguela al son imploro a la alma de un sabio que venga a mover mi labio y alentar mi corazón. 399 Si no llego a treinta y una de fijo en treinta me planto, y esta confianza adelanto porque recibí en mi mismo, con el agua del bautismo, la facultá para el canto.

Tu misión hasta hoy ha sido aprender la que habías de huir mañana: desde ahora vivirás entre el mal, evitando que logre corromperte. La tarea de tu vida es consolar al que sufre, alentar al que espera, perdonar al que yerra, labrar en tu corazón puerto donde busquen amparo los náufragos del mundo. No hay en la tierra misión más noble, que la nuestra.

Palabra del Dia

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