Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de mayo de 2025
Sea lo que fuere ello, se trabajó con él incesantemente, días y noches, con todo género de argumentos, razones y medios, no quedándole que poder alegar en su defensa, en el juicio de Dios, como lo decíamos, mas todo lo frustró su pertinacia y la equidad de la Justicia Divina que prevista aquélla, le destinó como a otro Judas para víctima sangrienta de su justísimo desagravio.
EUMORFO. Eso mismo repito yo. ¿Cómo no te hundes en el centro de la tierra? CREMATURGO. ¡Inicua! Nos estabas engañando a todos. EUMORFO. Esto pasa de castaño oscuro. ¡Tres al mismo tiempo! CREMATURGO. ¿Qué puedes alegar en tu defensa? EUMORFO. Con razón enmudeces. ASCLEPIGENIA. Yo no enmudezco ni con razón ni sin ella.
Las razones que se pueden alegar fundando el argumento de analogía en la constancia de las leyes de la naturaleza y en la relacion de ciertas causas físicas con determinados efectos, no las conoce el comun de los hombres; pero necesita el asenso, y le tiene.
Escándalo en un cinema dijo, al mismo tiempo que leía ; insultos á la autoridad; atentado de hecho contra un agente.... ¿Qué tiene usted que alegar? La vieja, que había permanecido hasta entonces mirando fijamente al comisario y á su subordinado tal vez sin verlos, hizo un movimiento de sorpresa, lo mismo que si despertase. Yo, señor comisario, vendo hortalizas por las mañanas en la rue Lepic.
A esa carta contestó Martí con otra que es como un blando arroyo de aguas puras que llevara en su corriente la hoja de una espada. Refiriéndose a los ataques personales que se le hicieron escribió: «Y ahora señor Collazo, ¿qué le diré de mi persona? Si mi vida me defiende nada puedo alegar que me ampare más que ella. Y si mi vida me acusa, nada podré decir que la abone. Defiéndame mi vida.
Ya era un gallardo bergantín, alzando sus dos palos y su cuadrado velamen; ya una graciosa goleta, con su cangreja desplegada, rozando las olas como una gaviota; ya un paquete, con sus alas de espuma en los talones y su corona de humo en la frente; ya un fino laúd; ya un elegante esquife; sin nombrar las lanchas pescadoras, los pesados lanchones, los galeones panzudos, los botes que volaban al golpe acompasado de los remos.... Si Chinto no fuese un animal, podría alegar en su abono que el Océano y el voltear de una rueda son imágenes apropiadas de lo infinito; pero Chinto no entendía de metafísicas.
El que ha tenido más éxito de sus libros, y, según dicen, ha contribuido más a extender y cimentar su reputación, es su novela de * que nadie ha leído todavía. Sería inútil redundancia alegar que, dados sus principios, su devoción y su ilustre apellido, la señora Vizcondesa firma sus obras con un seudónimo: es un buen recurso para asegurar aplausos.
Por vida suya, abuela, que no diga más; que lleva término de alegar tantas leyes en favor de quedarse con el dinero, que agote las de los Emperadores; quédese con ellos, y buen provecho le hagan, y plega a Dios que los entierre en sepultura donde jamás tornen a ver la claridad del sol, ni haya necesidad que la vean.
No lo echaba Zadig de poeta; sentia empero en el alma verse condenado como reo de lesa-magestad, y dexar dos amigos y una hermosa dama en la cárcel por un delito que no habia cometido. No lo permitiéron alegar nada en su defensa, porque el libro de memoria estaba claro, y que así era estilo en Babilonia.
Y no vale alegar en disculpa de Felipe IV que, no honrándole de otro modo, participó de un error común a sus contemporáneos. Lo que no deja de tener gracia es que casi todos los personajes que contribuyeron a la citada información pensaron lisonjear al Rey consignando que S. M. también pintaba.
Palabra del Dia
Otros Mirando