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Actualizado: 7 de junio de 2025


Su respiración comenzó a ser menos agitada. Abriose su boca, absorbiendo el aire con grandes y ruidosas aspiraciones; la nariz se dilató desmesuradamente, chocando después sus alillas al contraerse. Comenzaron a descender en intensidad los estremecimientos; los músculos cesaron de contraerse. Los brazos se extendieron pegados a las piernas inmóviles.

No bien nos instalamos en nuestra mesa al día siguiente, el cura y yo, abriose con estrépito la puerta y vimos entrar a Petrilla, con la cofia en la nuca y los zuecos llenos de paja en la mano. ¿Qué hay? ¿Fuego? interrogó mi tía. No, señora; pero a buen seguro que está el diablo en casa.

»¡Que Dios le reciba en su seno! dijo el prelado al moribundo. »Comenzó a recitar las oraciones de la Iglesia, a las que los asistentes contestaban, y después echó sobre su frente el óleo santo. »Un rayo de alegría brilló en los ojos del Conde, estrechó la mano de Teobaldo, me tendió la otra, y díjome con dulzura: »¡Perdóname!... »Y el cielo abriose para él.

Como si este sonido campestre y doméstico le hubiese restituido de pronto la facultad de pensar y la de moverse, Stein se puso en pie, se encaminó con gran dificultad hacia la puerta, y la golpeó con una piedra; le respondió un ladrido. Hizo otro esfuerzo para repetir su llamada, y cayó al suelo desmayado. Abrióse la puerta y aparecieron en ella dos personas.

Abriose la puerta, o franqueada por dentro o rota desde fuera, que esto no se sabe bien. El populacho entró. Detúvose en el vestíbulo ante una figura que estaba allí sola, imponente, inmóvil, como imagen bajada de los altares. Era el Padre Sauri, joven, flaco, pálido, valiente.

Luisa corrió a la puerta, gritando: «¡Es él, es él!» Y casi al mismo tiempo, una mano agitada buscaba el pestillo; abriose la puerta y apareció en el umbral un soldado, pero un soldado tan flaco, tan moreno y escuálido, con un capote gris con botones de estaño tan viejo y raído, con unas altas polainas tan destrozadas, que todos los allí presentes quedáronse, al verle, sobrecogidos.

Abriose la puerta y aparecieron Jacinta y Patrocinio, la hermana de Moreno. Esta se reía de ver a su hermano enzarzado con la santa, y riéndose se retiró. Venga usted... Jacinta por Dios dijo Moreno echando la firma al documento , y sáqueme de este Calvario. Crea usted que su amiguita me está crucificando.

Inmutóse Currita atrozmente y metióse la mano en el bolsillo, como si buscara el lignum crucis; abrióse entonces la mampara y apareció el mayordomo mayor, también muy inmutado... La dama, fingiendo siempre hallarse absorta en la contemplación del retrato, volvió ligeramente la cabeza y saludó con la mano al personaje, diciendo con vocecita a su pesar temblorosa y angustiada: ¡Magnífico retrato!

Abrióse lentamente la puerta, por la que se vio aparecer la hermosa cabeza de un niño de seis años, casi sumergida en una profusión de rizos negros. Papá Carlos dijo , ¿estáis solo? ¿Puedo entrar? ¿Desde cuándo, ángel mío respondió el padre , necesitas licencia para entrar en mi cuarto?

Fingiéndose enfadado por esta popularidad que le halagaba, abriose paso con un impulso de sus músculos de atleta, y se salvó escalera arriba, saltando los peldaños con agilidad de lidiador, mientras los criados, libres ya de respetos, barrían a empujones el grupo hacia la calle.

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