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Actualizado: 7 de mayo de 2025


Asunción, ¿dónde estás? ¿Has muerto ya para y para los demás?... No puedo estar aquí ni un instante más. Me parece que siento la voz de doña María llamándome, y los cabellos se me erizan de espanto. Inés se dirigió a la salida. En el mismo instante oímos ruido de un coche en la calle. Aguardamos, sintiendo que alguien subía, y por fin abriose la puerta de la sala, y apareció lord Gray.

Abriose con violencia la puerta de la sala, y los ojos de los circunstantes vueltos hacia ella vieron con asombro el rostro pálido de un criado que exclamó dirigiéndose a su amo: ¡Señor, señor! ¿Qué ocurre? preguntó don Mariano con el acento enérgico que emplean los caracteres bien templados cuando adivinan un peligro. ¡Los soldados están ahí!

La belleza del mundo que sigue será la armonía de las formas dobles, su equilibrio, la gracia de su oscilación. De los moluscos al hombre, todo ser está formado de dos mitades asociadas. La obra maestra del esquino fué más allá del objeto propuesto: el milagro de la defensa había hecho un prisionero; no tan sólo se encerró, sino que se amortajó, abrióse una sepultura.

Efectivamente, unos segundos después, oyéronse los pasos de alguien que subía la escalera, abriose la puerta y apareció Amaury. A pesar de estar advertida, Antoñita no pudo reprimir un grito que pareció despertar al doctor de su letargo y de su postración. ¡Amaury! exclamó Antoñita. ¡Amaury! dijo tranquilamente el doctor, cual si se hubiese separado la víspera de su pupilo.

Irritada Isidora, manifestó que no admitía tales ideas, y ya se agriaba la cuestión, cuando abriose una puerta y apareció un señor obispo..., digo, era Riquín, el cual traía en la cabeza una gran mitra de papel, y echando la bendición graciosamente con su mano derecha, cantó en el latín más estropajoso que se ha oído jamás: Dominis vobiscum.

En aquel momento abriose la puerta, y se presentó el general, apoyado en el brazo de su ayudante de campo. Enrique, al ver al médico, corrió hacia él y tendiéndole la mano, dijo: Doctor, ¿usted por aquí?... En seguida, agregó, presentándonosle: Señoras y señores, es mi Esculapio... el que me ha curado la herida, el que me ha recetado las aguas de Barèges. ¿No es cierto?

Descendieron algunos montañeses hasta el pie del monte para recoger a los muertos; abriose a la derecha de la casa de labor una ancha fosa, en la que guerrilleros y kaiserlicks, con sus vestidos, sus sombreros, sus chacós y sus uniformes, fueron colocados unos al lado de otros.

Que entren ellos... ¿Para qué has de ir ?... Abrióse entonces la puerta para dar paso a una extraña figura que sorprendió a la marquesa e hizo a Diógenes echarse atrás en la almohada, al verla adelantarse hacia él extendiendo los brazos: hubiérase dicho que la muerte en persona, cubierta con la sotana de un jesuita, se presentaba en el aposento.

Abriose la puerta del salón, y nuestro criado José presentose para anunciarnos que estaba dispuesta la silla de posta. Mi madre y mis hermanas se arrojaron en mis brazos. Todavía tienes tiempo para arrepentirte dijéronme, renuncia a tu viaje... quédate con nosotras. Madre mía repuse, soy noble, tengo veinte años, y deseo que se hable de y hacer carrera, sea en el ejército o en la corte.

Me va interesando ya... como puede interesarme una mujer que no es la duquesa de Gandía. Abrióse en aquel momento la puerta de una casa, y entró la silla de manos. Se detuvo, y los hombres que la conducían se alejaron, y volvió á cerrarse la puerta. El duque abrió entonces la portezuela, salió, hizo luz con la linterna, y dió la mano á Esperanza.

Palabra del Dia

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