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No les quedaba otra cosa que los fardos que estaban en el suelo, la ropa usada, las herramientas: lo único que les habían permitido sacar de su casa. Y las palabras eran entrecortadas por los sollozos, y volvían á abrazarse el padre y las hijas, y Pepeta, la dueña de la barraca, y otras mujeres lloraban y repetían las maldiciones contra el viejo avaro, hasta que Pimentó intervino oportunamente.

Trabajo les costaba reprimir los impulsos de abrazarse que se les iban y venían. En cambio, si el escrito pertenecía al género bélico y tocaba a somatén, parecía que les daban a beber una mistura de pólvora y alcohol. Montaban en cólera tan aína como se encrespan las olas del mar. Sordas exclamaciones acompañaban y cubrían a veces la voz de la lectora.

Y cuando los he visto abrazarse, con ojos risueños, y llorosos, entonces he llorado yo también. Su Gracia la Marquesita Florencia Albizzoni Vivaldi no existe ya...» Y el juez Ferpierre, deteniéndose, pues el manuscrito se interrumpía de nuevo, reconstruía con la imaginación lo que la narradora había callado.

Feli los contempló con ojos amorosos; sentía deseos de abrazarse a ellos, de comerse a besos sus hociquillos sonrosados y sucios, como si fuesen una imagen de la vida triunfadora, invadiendo el rincón del olvido. Maltrana, bajo la influencia de este ambiente melancólico y dulce, hablaba a Feli de sus ideas.

Se golpeaban las espaldas con las manos abiertas, se separaban, mirábanse un momento, se sonreían; y vuelta a abrazarse y a desabrazarse, y a mirarse y a sonreírse... y a todo esto, sin dejar de decirse cosas... «¡Caray, cuánto me alegro! ¡Con qué placer le abrazo, canástoles! ¡Otro, don Alejandro! ¡Con toda el alma, don Adrián!... ¡Si no pasan días por usted, canástoles! ¡Si está usted hecho un mozo, caray!... ¡Hala con otro! ¡Ya se ve que , ja, ja!... ¡Qué don Adrián tan famoso! ¡Vaya con el bueno de don Alejandro!

Se os mete una cosa en la cabesa, y eso ha de ser. ¿Es que crees que no hay autoriá, ni leyes, ni reglamento de plaza, y que basta que a una mujer se le ocurra abrazarse al marío y tené miedo, pa que se suspenda una corría y se quee el público con un parmo de narises?... dirás lo que quieras a Juan, pero será aluego de la corría. Con la autoría no se juega; iríamos toos a la cársel.

Se había incorporado un poco. Sus manos tocaban las rodillas de Ferragut. Quería abrazarse á ellas, y no osaba hacerlo por miedo á que él la repeliese, desvaneciéndose su trágica inercia que le permitía escuchar. Estando en Bilbao supe lo del torpedeamiento del Californian y la muerte de tu hijo... No te hablaré de esto; lloré, lloré mucho, ocultándome de la doctora. Desde entonces la odio.

Lo terrible es cuando se lo llevan, y no queda nada y hay que abrazarse para siempre al recuerdo... Yo me consideraba el otro día, al separarme de ti, el más infeliz de los hombres, y ahora pienso con envidia en aquellos instantes. ¡Te veía aún!... Y ahora cada momento que transcurre me aleja más de ti; cada vuelta de las hélices establece una separación mayor entre nosotros; un minuto representa centenares de metros; una hora una distancia enorme, que no podríamos salvarla en un día aunque marchásemos apoyados el uno en el otro, mirándonos en los ojos, olvidados del mundo.

Llenaban el resto del inmenso salón los padres y madres de los niños, alternando la gran señora con la modesta comercianta; el grande de España con el industrial acomodado; alegres todos, satisfechos, mirándose entre y sonriendo amigos y desconocidos, como si el sentimiento de la paternidad, igualmente herido, acortase las distancias y estrechase las relaciones, despertando en todas las almas idéntica felicidad, la misma dicha, igual deseo de considerarse y abrazarse como hermanos.

Los consuelos místicos que tenía preparados y atesorados, la teoría de abrazarse a la cruz..., todo se le había borrado ante aquel dolor voluntarioso, palpitante y desbordado. Ya desde que llegué... esta casa tan grande y tan antigua... prosiguió Nucha me dio frío en la espalda.... Sólo que ahora... no son tonterías de chiquilla mimada, no.... Me van a matar a la pequeña.... ¡Usted lo verá!