United States or Haiti ? Vote for the TOP Country of the Week !


No, señor. Pues así se llama: Leto... eso es... Y por cierto que el nombre es lo peor que tiene el pobre chico. ¡Lo peor! ¿Y por qué, don Adrián? Porque es feo y hasta un poco... ¿a qué negarlo, qué caray!... Es feo... y raro, vamos.

¡Para qué, mi señor don Alejandro? preguntó el farmacéutico relajando todos los músculos de su cara . ¡Para qué?... Para mi sosiego... para dormir, para comer... para vivir; ¡caray! para vivir, mi señor don Alejandro... Para todo eso.

Pero, señor don Adrián díjole su amigo chanceándose : usted se ha corrido mucho, se ha despilfarrado... porque un yacht de esas condiciones, no se compra con dos cuartos. ¡Caray! ¡Yo lo creo!... Pero no se piense usted que el pobre boticario... ¡Quiá! ¡Pues están los tiempos, gracias a Dios, para esas sangrías... caray, caray! No, señor.

Rui Diaz con los suyos lo miraba, Viniendo su viage navegando; Y llegando aquesto se hacia Mandó soltar la flaca artillería. Al fin tomaron puerto, y recontada La cosa de una parte á otra pedida, La carga de las balsas descargada, Caray parte en demanda de comida. El Melgarejo sale desplegada Con gran placer su vela y descogida.

Fuese el chico a la ciudad; estudió las humanidades, con aprovechamiento, , señor, y con muy buenas notas... ¡caray! ¿por qué no decirlo?... Siendo ya bachiller, se prestó de buena gana a seguir esta carrera, y le envié a Madrid... Verdaderamente que el dinero no sobraba en casa; pero había lo necesario desvalijando un poco la hucha de mis buenos tiempos de boticario de nota. ¡Y ¿qué mejor empleo para ello, qué caray!... Un hijo solo, llamado quizá a ser el sostén de la familia desde el día en que yo faltara... porque para entonces, aún le quedaban dos hermanas solteras, y su pobre madre arrastrando malamente la vida que se le acabó al siguiente año... ¡Caray! mi señor don Alejandro, todavía duele allá dentro cuando pasan estos recuerdos por la cabeza... En fin, que se fue Leto a Madrid... ¿Les he dicho a ustedes que se llama Leto mi hijo?

Los buenos hábitos que has adquirido y vas adquiriendo, debes conservarlos siempre... eso es; porque esos hábitos, según vayas entrando en la vida, te irán conquistando estimación y respeto. Por eso mismo representan un capital grandísimo, ¡caray! ¡Quién sabe, hijo mío, quién sabe cómo andarán las cosas del mundo en adelante, al paso que hoy vamos, y de dónde soplarán los vientos?

Una soltura y un arte... un arte como si en toda su vida no hubiera hecho otra cosa... Pero, vea usted, ¡qué caray! no había que pensar en mirar muy de cerca lo que hacía, porque ya le tenía usted con las manos trabadas, materialmente trabadas, eso es... vamos, que hasta era capaz de echarlo todo a perder... por el genio, por el arrastrado genio. ¿Lo tenía malo? ¡Quiá! Corto... ¡o qué yo?

El camino hasta mi casa no deja de ser largo y escabroso, y ya ha cerrado la noche, eso es; ordinariamente, no me las arreglo bien con las tinieblas; pero en el estado ¡caray! en que me encuentro ahora... a la verdad, fío poco de mis fuerzas; y una caída a mis años... ¡caray! ¿Tendría usted inconveniente en que me acompañara un ratito, por lo más obscuro nada más, eso es, su criado Ramón?

Porque él es incapaz de atreverse a tanto, verdaderamente, de por : la misma cortedad andando, eso es, y el respeto, ¡caray! y la gratitud... Es más: él me ha visto en las angustias de estos días, , señor, y me ha oído amontonar, eso es, conjeturas y supuestos; y nada, ni una palabra, ¡él, que es todo franqueza y sencillez!... Vamos, señor don Alejandro, que lo creo, eso es, pero que no me lo explico.

Lo fío, porque le conozco, y por ser además todo ello de justicia... de reparación debida a usted, verdaderamente, por una parte; y por otra, de pundonor ¡caray! para nosotros, eso es. Repito que usted extrema las cosas, amigo don Adrián. ¡Ojalá fuera verdad!