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Actualizado: 29 de junio de 2025
Pues que le diga el más guapo que le enseñe lo que ha pintado... ¡caray! primero le enseñará el hígado... Eso es. Que se arrime alguno a él cuando se halla en estas operaciones: se pondrá encarnado como la grana, y ya no sabrá lo que hace... ¡Conque también pinta? exclamó Nieves que escuchaba con suma atención al boticario.
No me atrevo a negarlo ni a ponerlo en duda, señor don Alejandro: después de lo que usted me ha dicho, eso es... creo, creo hasta en agüeros... ¡y hasta en las brujas mismas, caray! El caso es, amigo mío, que el daño existe, para mi desgracia. Esa es, mi señor don Alejandro, la que yo lamento: no la mía, que ya no me preocupa.
Cualquier afrenta, la más dura agresión. «antes, eso es, que aquellas incertidumbres, ¡caray! sí, señor; que aquel estado violento, eso es, en que no podía él vivir». Dio tres golpes muy desconcertados, como los que a él le producía en el angustiado pecho el acelerado latir de su corazón, y salió Catana. En cuanto vio a don Adrián le dijo sin acabar de abrir la puerta: El zeñó no pué...
Este es el clavo, mi señor don Alejandro; éste es mi mate día y noche. ¿Cuál es nuestro delito? Sépale yo, sépale mi hijo, para la debida reparación, eso es; porque de otro modo, ¿de qué vale el buen deseo, caray? ¿de qué la voluntad mejor dispuesta? De nada, mi señor don Alejandro, de nada, ¡caray! de nada.
Todo esto le mejoraba y embellecía indudablemente, por lo que el viejo boticario no se cansaba de mirarle ni cesaba de sorprenderse. Verdaderamente, Leto le dijo en una ocasión , que lo tenía yo pronosticado... porque, aunque no he visto mucho, los años, ¡caray! son grandes maestros y enseñan de todo... eso es.
Aflige, Leto, aflige... contrista, sí, señor, verdaderamente; apenas considerarlo, ¡caray! porque si uno sospechara cuando menos... si a la dureza, eso es, del castigo, correspondiera la... vamos, la falta; pero si por más que reflexiono, que repaso la... Hombre, ¿a ti te dice algo la conciencia?... Pero ¡qué te ha decir... supongo yo? ¿Por qué camino andamos hijo y padre... eso es, con esos señores, que no sea llano y descubierto, caray?
Dígotelo, porque al fin vas, ¡caray! vas, sí, señor, y sin grandes resistencias, y hasta llevas esas pinturillas contigo... ¡bien llevadas, muy bien llevadas! eso es; muy bien llevadas, por lo mismo que te las han pedido y desean verlas... Yo pensé... ¡ahí tienes!... que no te prestarías a ello, porque hasta de mí las has escondido siempre, por esas rarezas, ¡caray! que nunca he podido explicarme... eso es... Pero la fuerza de las cosas ha querido que el león se te vaya a la mano; y, como te decía antes, no te ha parecido tan fiero como visto a larga distancia... eso es... y ya te das a partido, ¡caray!
Verdaderamente contestó el aludido, que estaba algo inquieto por falta de franqueza, moviéndose un poco hacia la puerta , que no soy de lo más apto para este género... eso es... de diversiones... Por otro lado, ¡caray! la edad... eso es. De manera que, si no se tomara a mal... ¡Qué ha de tomarse, hombre! díjole don Claudio, volviendo para cogerle por un brazo.
Verdaderamente replicaba don Adrián guardando el equilibrio con los hombros, aunque era bien insignificante el balanceo , que no se explica uno fácilmente, ¡caray! tanto entusiasmo y tanta... eso es... como tiene ese muchacho... y como tenía su amigo por estas diversiones... Por de contado, señores míos, que esta es la primera vez en mi vida que me veo aquí... y tan a nuevo me sabe, eso es, lo que voy viendo, como a ustedes.
Desde allí, y de atrás, acechó a su compañero, recogiendo el revólver caído; pero Podeley yacía de nuevo de costado, con las rodillas recogidas hasta el pecho, bajo la lluvia incesante. Al aproximarse Cayé alzó la cabeza, y sin abrir casi los ojos, cegados por el agua, murmuró: Cayé... caray... Frío muy grande...
Palabra del Dia
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