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Nada mas delicioso que un paseo en coche por la ribera izquierda del lago, en direccion á Collonge, al traves de quintas y parques bellísimos, huertos, jardines y viñedos, y dominando con la vista el soberbio panorama del lago y las montañas del Jura; ó bien, mecido suavemente en una góndola por el vaiven de las azules ondas del lago, surcar su superficie á las nueve de la noche, cuando las estrellas fulguran en el fondo de un magnífico cielo, se despiertan las brisas nocturnas cargadas de perfumes, y se ve á lo léjos en la ribera el vasto semicírculo de luz que producen las hileras de faroles en todos los muelles, á cuya línea se sobreponen las mil luces caprichosas de la parte antigua de la ciudad que se levanta en anfiteatros irregulares sobre la colina.

Parecía un marino consumado, harto de surcar los mares, encanecido en el estudio de los problemas hidráulicos. Sin embargo, el señor de las Cuevas, aunque pasmado de aquel modo de barajar términos marítimos, alguno de los cuales ni él mismo conocía, torcía el gesto a las explicaciones verbales que don Rosendo le daba.

El hombre, la naturaleza, Dios son el triple objeto de vuestra alma: romped el encanto que os detiene en esta bellísima comarca: quedan aun ciudades, paisages, talleres, monumentos donde podais ver la divinidad creando, la naturaleza obedeciendo á leyes inviolables, la humanidad arrancando el secreto de estas mismas leyes y utilizándolas hoy para surcar los mares, mañana para cruzar el espacio en alas de los vientos, al otro dia para disipar con una sola luz las sombras de la noche.

Fué en esa humilde ciudad donde Pestalozzi ensayó y probó durante muchos años la excelencia de su método; y todavía subsiste allí una casa de educacion dirigida por uno de sus discípulos. En Iverdun nos embarcamos á bordo de un bonito vapor para surcar el lago hasta Neuchâtel. Sus ondas de color verde claro son bellísimas, aunque no comparables con las del Leman.

Su cuerpo, enervado, incapaz de movimiento, adquirió súbito la ligereza de un pájaro. Quería salir prontamente de aquella estancia y surcar los aires y cantar su gozo. Cualquiera podría observar el cambio operado en ella.

Si elegimos otra comparación, para aclarar estas ideas, se puede asegurar que, al proceder de este modo, nos parecemos á los navegantes, cuando, al surcar vastos océanos, aportan al cabo á una región desconocida, llena de creaciones maravillosas, no vistas por ellos antes, y oyen los ruidos de bosques gigantescos, sonando misteriosamente las ondas de ríos caudalosos, y observan seres de una naturaleza enteramente diversa de la que han contemplado siempre.

Jamás se la veía surcar las cálidas corrientes del Mediodía, lo cual dió margen á que se observara la corriente, y trajo el descubrimiento esencial de la verdadera ruta de América á Europa. De Europa á América, uno es llevado por los vientos alisios.

La plateada serpentina de los rios caudalosos, la inmensidad de los mares han cautivado siempre mi imaginacion y mis sentidos: partamos: quiero bañarme en las aguas de ese rio en que cayó roto y ensangrentado el manto de los califas, quiero surcar ese Océano sin fondo, bajo cuyas olas supusieron los poetas de la antigüedad el lóbrego reino de Pluton, las vastas profundidades del infierno. ¡Córdoba, Sevilla, Cádiz! ¡qué de recuerdos han agrupado alli los siglos! partamos: llevadme á estas ciudades llenas, como decís, de arte, de historia, de poesía.

Mi conciencia reposaba como una paloma adormecida. Por lo visto, el esfuerzo supremo de voluntad que tuve que hacer para abandonar las dulzuras del boulevard y de Loreto, y surcar los mares hasta el Celeste Imperio, parecían a la Eterna Equidad una expiación suficiente y una peregrinación reparadora. Y Ti-Chin-Fú, ya calmado, regresaría con su papagayo a la sempiterna inmovilidad.

El mar estaba agitadísimo, y al surcar las encrespadas y menudas ondas del Mediterráneo, veia con indefinible encanto el admirable panorama de Marsella, iluminado por un sol magnífico y encuadrado entre un cerco de montañas de una aspereza melancólica, pero de un efecto superior sobre el fondo azul del cielo.