United States or Lithuania ? Vote for the TOP Country of the Week !


Nos parecemos mucho, don Francisco; yo soy deforme y vos lo sois también, aunque menos; vos lloráis riendo, y yo río rabiando; vos os mostráis contento con lo que sois, y queréis ser lo que ninguno se ha atrevido á pensar; yo llevo con la risa en los labios mi botarga y siempre alegre sacudo mis cascabeles, y si pudiera convertirme en basilisco, mataría con los ojos á más de uno de los que me llaman por mucho favor loco... ¡Ah! ¡ah! ¡ah! yo, estruendo y chacota del alcázar, llevo conmigo un veneno mortal, como vos en vuestras sátiras regocijadas ocultáis el veneno de un millón de víboras; sois licenciado y poeta y esgrimidor, y aun muchas cosas más.

Estos hombres creen que las gentes no son más que lo que parecen dijo con desdén doña Ana. No tal, no; yo no creo eso, porque muy bien que y yo somos una cosa y parecemos otra. Pero tratándose del rey... ¡cuando te digo que no puede ser! ¿Y de dónde ha sacado el cocinero mayor esa alhaja? Cuenta con que las perlas no sean cera, el oro cobre y los diamantes vidrio blanco.

Le da porque todas nos parecemos a... no quién... a los emperadores de Francia... En fin, dejarlo. ¿Estoy en el palacio de la plaza del Ángel? dijo Ponte examinando la mísera alcoba con extraviados ojos. , señor... Arrópese ahora; estese quietecito para que coja el sueño. Luego le daremos buen caldo... y a vivir».

, que y yo nos parecemos en la historia... Porque yo también sospecho que no soy lo que parezco añadió ruborizándose. Demetria, profundamente interesada, olvidándose en un punto de misma, la instó para que se explicase. La gentil morenita se hizo de rogar. Le daba mucha vergüenza manifestar quién sospechaba que fuese su padre. ¡Aciértalo, aciértalo! le decía á su amiga riendo.

¿Pues sabe usted que tienen ustedes bien poco parecido? ¿No es verdad? A todo el mundo le sorprende... Pues tan poco como en la figura nos parecemos en el carácter. A él se le pasea el alma por el cuerpo... Y a usted no le cabe dentro. Cierto respondió riendo.

Habla en esta ocasión, como Oliverio, y, sin embargo, no hay nadie que se parezca a él menos que usted. ¿Le parece a usted? dije mirándola apasionadamente para dominarla de nuevo, ¿en verdad cree usted que somos tan diferentes? Pues yo creo, por lo contrario, que nos parecemos mucho.

Nos parecemos por el modo de sentir, por la necesidad íntima del ideal, por la imposibilidad de ser felices a medias... Pronunció con enternecimiento estas palabras y se levantó, como asustada de su propia sinceridad y de lo que todavía pudiera salir de sus labios. Adriana quedó muda, alterado todo su ser por una emoción sin nombre.

Carmen protestó con tono de reproche: ¡Raro! ¿Y acaso nosotras no nos parecemos a él? ¡Pensar que lo pasamos aquí tan escondidas y como olvidándonos de vivir! ¿Quieres creer, Adriana, que Zoraida nos está contagiando su enemistad hacia el mundo? Como no ha podido entrar de monja quiere hacer de esta casa su convento. Ya ni por motivos de caridad nos relacionamos con nadie.

De ese modo adquirirán los montañeses en varias generaciones una completa inmunidad de todas esas enfermedades que ahora degradan á tan gran número de ellos. Entonces sus habitantes serán dignos del medio que los rodea, podrán contemplar satisfactoriamente las altas cumbres nevadas y decir como los griegos: «Esos son nuestros antepasados, y nos parecemos á ellos.» #La adoración de las montañas#

No, por Dios, que no sueñen que hablamos de estas cosas.... Se reirían de y dirían que parecemos un club. ¿No sabe usted alguna noticia? ¿Qué me cuenta usted del prestidigitador que trabaja en el teatro? ¿El húngaro? ¡Bah! Como todas esas funciones.... Muy pesado, mucho cubilete y los pistoletazos de cajón.... ¡Pistoletazos! Los odio: me asustan atrozmente.