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La sonrisa del viejo despreció estos peligros. Tenía, la certidumbre de que nada malo podía ocurrirle al Mare nostrum. Las furias del mar resultaban impotentes contra él, y menos conseguiría aún la maldad de los hombres. Yo por qué lo digo, capitán... Estoy seguro de que saldremos sanos y salvos de todos los peligros.

Pongamos que sólo se gana la mitad; pongamos que sólo es la mitad de la mitad...» Y tras estos cálculos descendentes, que revelaban su odio a toda fantasía, siempre resultaban millonarios. Los más entusiastas y de fe inconmovible eran los que habían estado en América y volvían a ella por segunda o tercera vez.

Pero en la presente noche estas iluminaciones resultaban menos numerosas, como si alguien hubiese influido para que sus guardianes le vigilasen menos. En los largos períodos de obscuridad, las palpitaciones de la hoguera poblaban la noche de repentinos fulgores de incendio, seguidos de largas y profundas tinieblas.

Se resistió Celinda á reconocer la posibilidad de un peligro para ella. Ni los hombres ni la noche podían inspirarle miedo. Pero al fin se despidió de Watson y puso su caballo al galope. Entró Ricardo en la Presa por un descampado que sus habitantes consideraban como la calle principal; aunque en esta población reciente, todas las vías resultaban principales á causa de su enorme amplitud.

El señor Cuadros, siempre ignorante de la verdadera situación de la casa, molestaba atrozmente a doña Manuela. Quería aparecer amable, y para esto la hacía ofrecimientos que resultaban sarcasmos. El se encargaba de la compra del caballo. Vería ella cómo le resultaba más barato; por una bestia tan hermosa como Brillante sólo tendría que desembolsar unos tres mil reales.

Las mujeres con el alma soñolienta, sin iniciativas, sin voluntad, y que apenas sabían leer y escribir, resultaban el tipo perfecto de la dama honesta. Indudablemente serían así las que vió á través de los ventanales del palacio imperial el primer Hombre-Montaña que vino á nuestro país.

Todos adoraban, con el fervor del creyente, los milagros de la alfalfa con riego. En el territorio de Río Negro esta planta de origen asiático sólo necesitaba ser sembrada una vez. Los alfalfares, cuando tenían agua, resultaban perpetuos.

Tales vaguedades y distracciones no resultaban extraordinarias en este ejecutante prodigioso, que así que se levantaba del piano era una especie de sonámbulo, incapaz de adaptarse regularmente á ninguna función de la vida.

Salió del café la Benina, gozosa, pensando que no había perdido el tiempo, pues si resultaban fantásticas las pieldras preciosas que en montones Mordejai pusiera ante su vista, positivas y de buena ley eran las cuatro perras, como cuatro soles, que había ganado vendiendo el inútil regalo del monomaníaco Trujillo.

Mientras yo los plegaba y ordenaba un poco mejor, le exponía excusas y reparos que resultaban inútiles: no quería oírme.