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Ve que vive en la casa menos cómoda, y á veces malsana y peligrosa. No importa, está usted ligada; ofendería á la persona que la recomendó y á la amable, excelente y hospitalaria familia que la ha recibido bajo su techo. «Bueno; no me ligaré. Mas al llegar, si encuentro un médico honrado, querido, suplicaréle me guíe.» ¡Honrado!

Natural era, pues, que el primer obsequio que, no bien llegase a Río, se podía hacer a un forastero, era presentarle a una dama tan hospitalaria y divertida.

Algo me anunciaba que pronto estaría dulcemente abrigado bajo el techo de una choza hospitalaria, calentando mis miembros ateridos por el aire de la montaña, al amor de una lumbre bienhechora, y agasajado por aquella gente ruda, pero sencilla y buena, a cuya virtud debía yo desde hacía tiempo inolvidables servicios.

El 17 de noviembre de 1832, á los cincuenta dias de permanencia en esta ciudad hospitalaria, me separé de ella penetrado de reconocimiento por los muchos favores de que sus habitantes me habian colmado. Dirigíme de nuevo á las montañas, y trepando hasta Samaypata me encaminé á Chuquisaca, que distaba ciento catorce leguas.

Eran estudiantes y obreros que perfeccionaban sus conocimientos en escuelas y talleres, refugiados que se habían acogido á la hospitalaria playa de París como náufragos de guerras y revoluciones. Sus gritos no tenían significación oficial. Todos estos hombres se movían con espontáneo impulso, deseosos de manifestar su amor á la República.

Por lo demás, la población de Cartagena tiene las mas excelentes cualidades sociales: hospitalaria en alto grado, franca, generosa, jovial y siempre animada de un profundo sentimiento de patriotismo, que parece mantenido por el recuerdo mismo de las glorias de Cartagena.

No desmintiendo éstos la hospitalaria tradición campesina, hicieron pasar a los visitadores, quieras no quieras, al comedor, donde un mármol se hubiera reído también observando cómo la mesa del refresco, la misma en que comían a diario los dueños de casa, tenía dos escotaduras, una frente a otra, sin duda destinadas a alojar desahogadamente la rotundidad de un par de abdómenes gigantescos.

De este modo, aquella sociedad era siempre apacible, cariñosa y hospitalaria. Por mi parte, unido por estrechos lazos de parentesco á muchas de sus familias, creo tener en esta sola circunstancia motivo sobrado para evocar con satisfacción estos recuerdos. Para pagar con ellos las horas de verdadero placer que aquel pueblo me ha proporcionado no serían bastante.

Porque es necesario saber que en Lisboa la cuarentena se impone durante los primeros nueve meses del año y se abre el puerto en los últimos tres, haya o no epidemias en los puntos de donde vinieron los buques que arriban a esa rada hospitalaria. Esta suspensión de hostilidades tiene por objeto sacar a licitación la empresa del lazareto, fuente principal de las rentas de Portugal. ¿Estamos?

Vino a España luego, haciendo aquí larga estada y doctorándose en Derecho y Cánones en la Universidad salmantina. Convivió en Madrid con políticos influyentes, literatos y todo linaje de artistas. Tuvo una mesa hospitalaria. En el Ateneo, leyó el crítico y académico Cañete versos de Paterno. Escribió novelas y sobre historia y folklore filipinos.