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Su principal instituto era salvar la vida, cuidar y educar á los niños expósitos, y con este objeto fundó un hospital cerca de la Puerta del Sol. Aun cuando esta fundación recibió diversos socorros, faltábale, sin embargo, disponer de una renta segura y regular.

Sobre un costurero abierto, donde Ana al ver entrar a sus amigas puso sus enseres de coser y los ajuares de niño que regalaba a la Casa de Expósitos, habían dejado caer Adela y Lucía sus sombreros de paja, con cintas semejantes a sus trajes, revueltas como cervatillos que retozan. ¡Dice mucho, y cosas muy traviesas, un sombrero que ha estado una hora en la cabeza de una señorita!

Adela estaba prendiendo en aquel momento en sus cabellos rubios un jazmín del Cabo. Ana cosía un lazo azul a una gorrita de recién nacido, para la Casa de Expósitos. Fui a rogar respondió Juan sonriendo dulcemente , que no apremiasen por la renta de este mes a la señora del Valle. ¿A la madre de Sol? ¿de Sol del Valle?

Obispos Don Francisco Rodriguez Chico, y D. Roque Martín Merino, trataron ya de fundar un hospicio de Misericordia, no pudiendo, sin embargo, llevar a cabo sus buenos deseos. Igual pensamiento y con los mismos resultados tuvieron con respecto a una casa de expósitos; pero el Ilmo. Sr.

La capital de la Saboya tiene muy pocos encantos para el viajero: solo hay dos calles buenas: al fin de la principal, se levanta un monumento consagrado á un hombre verdaderamente grande y modesto: es una fuente de mármol, coronada por una estatua de bronce, busto del ilustre ciudadano de Chambery que legó parte de sus inmensos bienes á los pobres; que levantó y fundó con bienes raices propios la casa de expósitos, que detras de su estatua se levanta, que creó y dotó una escuela de educacion gratuita para los pobres, y que hizo enfin otras muchas obras de relevante caridad, que granjeándole el amor de los que le conocieron, le ha asegurado la veneracion de los que viven y el respeto de los que vendrán.

Esto, no obstante, mientras se edificaba la nueva obra, habilitó aquel Seminario, y en él empezaron ya por de pronto a mejorar su suerte los mendigos y los expósitos. Después de vacilar por algún tiempo acerca del sitio que debía ocupar la nueva casa, se decidió por el que hoy existe, con cuyo objeto compró un huerto de los racioneros de San Martín y otro de Don Alejandro Barrachina.

El sentido común, ordinario era para Luzán la norma y la regla del poeta, y lo útil y lo dulce el fin de toda poesía. El teatro, en su concepto, debía ser una especie de establecimiento de beneficencia, como si dijéramos una casa de expósitos ó un asilo.