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Pues se ha decretado que son mamarrachos netos todos los individuos que creen en la liberación por el desprendimiento, y en que se debe dar la morcilla a la bestia. A los que sostienen la herejía filosófica de que va a venir un nuevo Mesías, encarnándose en una buena moza, etc., etc..., se les declara memos de capirote y se les condena a comer virutas».

Esta devoción raya en fanatismo, y está exigiendo á gritos un templo que vamos á proporcionarle nosotros, sin miedo de que nos falte nunca el concurso de los fieles para sostener el culto.» Y alguno de aquellos hombres, con un desprendimiento digno de su carácter, anticipó una cantidad efectiva, en la cual los duros entraban por miles.

Padecí también furor de homicidio, y por poco mato a mi tía y a Papitos. Siguieron luego depresiones horribles, ganas de morirme, manía religiosa, ansias de anacoreta, y el delirio de la abnegación y el desprendimiento...

Así es que D. Fadrique se reía de las consecuencias de su desprendimiento, y no por eso dejaba de aplaudirse de haberle tenido. Lo que á él le importaba era que su pura y hermosa hija no disfrutase de nada que no fuese suyo ó por lo que en compensación no hubiera él dado lo equivalente con usura.

Como consecuencia de un desprendimiento ó de trabajos subterráneos de algunos animales, la ribera concluye por presentar un punto débil al que la corriente ataca para destruir las empalizadas que encajonan el arroyo. Las raíces de los árboles quedan al aire, el agua mina la base del tronco, y, privado del punto de apoyo, se inclina por encima del agua.

Valiéndome del recuerdo de este lance como término de comparación, pugnaba yo por achicar en mi pensamiento la mística heroicidad y el desprendimiento de Lucía; pero mi obstinado amor hacia ella y mi juicio favorable a sus nobles prendas la amparaban contra la ridiculez que mi despecho quería lanzar sobre ella. Sólo conseguía yo mortificarme más y desesperarme.

Orejón y el conde se retiraron. En el pasillo, donde salió a despedirles el dueño de la casa, fueron sorprendidos, como otro visitante anterior, por un gran desprendimiento de cascotes del techo. Llueven piedras, ¿o qué es esto? gruñó Orejón deteniéndose. No es nada. Los ratones me tienen minado el techo. Ya os arreglaré, masoncillos.

¡Que venga Don Luis! gemía el minero herido por la explosión de un barreno, ó el pinche casi enterrado por un desprendimiento de la cantera.

Lo cual parece menos inverosímil que el desprendimiento de Sebastián. Verdad que éste era fruto del miedo. POR DON VICENTE BLASCO IBÁ

Es poco plausible y es casi imposible que un particular ó varios sostengan el teatro normal, porque debe ser sostenido con desprendimiento y sin que piense ganar dinero ni nada quien gaste su dinero sosteniéndole. Y es además menos decoroso que le sostengan particulares, porque el pueblo no ha menester, en el día, esta á modo de limosna.