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Actualizado: 1 de junio de 2025


Estos son hechos que la crítica apasionada del Facundo ha perdido de vista también, y de los cuales no es posible prescindir si se desea calificar desapasionadamente este libro. Acostumbraba Sarmiento en su vejez visitar nuestro cementerio de la Recoleta el día de Difuntos. Es uno de sus más bellos artículos el que refirió en El Debate su visita de 1885.

Provisto de la tarjeta del prebendado, como de un salvoconducto para atravesar una región peligrosa, me arriesgué a ir de nuevo a visitar al salvaje de D. Sabino. Esta vez no tomé la vía del convento, sino que fui a llamar por la puerta que daba a la calle. Saliome a abrir la criada sorda, que al verme puso muy mala cara.

Que el lector me perdone si le invito aún á visitar otro museo interesantísimo, simple porcion de ese vasto, complicado y preciosísimo museo de mil formas que se llama Sevilla. Hablo de la Iglesia de la Universidad, que el extranjero visita con profundo placer. Allí hay una numerosa coleccion de tumbas interesantes bajo todos aspectos.

Mi determinación es irrevocable, y me voy ahí, para no salir de ahí, salvo cuando vaya como de paseo á caballo, á visitar á mi hermano y á su familia, en la ciudad cercana, la cual, á pesar de su pomposo título de ciudad, tiene también mucho de pueblo pequeño y rural, con perdón y en paz sea dicho. Adiós, beatísimo padre.

Repetidas veces la invitó Bou a visitar juntos el palacio de Aransis, cuyas bellezas él no había visto; pero Isidora se excusaba siempre por miedo a la exacerbación de sus sentimientos en presencia de aquellos venerados y queridos sitios, su patria perdida. Un día que la Rufete venía de casa de su prendera, encontró al litógrafo en la calle del Duque de Alba.

Ahora relataba al doctor la enfermedad de don Tomás, el cura que iban á visitar; «un santo varón» que en otros tiempos confesaba á la de Sánchez Morueta y que pronto moriría como un justo si la Virgen no le salvaba con un milagro.

Lo mejor que se puede decir es que ha sido un delirio. Vuelva usted en su juicio; deje de visitar a esas mujeres, y todos trataremos en el pueblo de hacer olvidar que usted las ha visitado pretendiendo a una de ellas, hasta ahora tal vez en balde. Si ha pecado sólo con la intención, no por eso es menor el pecado.

La cuestión es ahorrar algo. El que ahorra algo está salvado. ¡Oh Dios mío! exclamó por lo bajo la condesa dando un suspiro . Lo que yo no comprendo es cómo se puede vivir con dos pesetas, cuanto más ahorrar. Los ingenieros les invitaron a visitar su sala de estudio y laboratorio. En éste había un magnífico microscopio, que fué lo que les llamó la atención.

La noche la pasó muy intranquila, y al día siguiente, 13 de Junio, a eso de las doce, cuando se disponía a visitar a su amiga, he aquí que se presenta esta, sobresaltada, manifestando en la expresión de su rostro que algo extraordinario le ocurría; y lo declaraban así, no sólo el descuido plástico del mismo, sino la turbación de la voz y otros síntomas espasmódicos.

En temperamentos como el de nuestro mancebo, el fuego de las pasiones tarda mucho tiempo en prender, aunque a la postre causa grandes estragos. Pasaron tres años. Terminó la carrera de ingeniero que es breve y práctica en Inglaterra, y se determinó a visitar las principales fábricas de este país y de Francia y Alemania.

Palabra del Dia

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