United States or Rwanda ? Vote for the TOP Country of the Week !


¿Qué tal, Miguel? le preguntó muy complacido de aquella admiración. ¿Quién lo entiende mejor, Pedro el cochero o yo? ¡! contestó el chico con entusiasmo. Pues aún no has visto nada... Guiar con un caballo lo hace cualquiera. Mañana pondremos los dos, el Centauro y el Veloz, a la tendée, y verás cómo me las arreglar. Desde la Casa de Campo vinieron a dar una vueltecita al Prado.

Es una cinta que pasa veloz: el gallardete de la cruz del santo. San Juan se marcha. Los días pasan alegremente, y el 29 aparecen dos grandes llaves; tras de las llaves, una mano que las empuña; tras de la mano, un brazo; después una hermosa cabeza calva, un cuerpo robusto, un hombre con humilde saya y los pies desnudos.

La enérgica voz del capitán Perdomo, volvióse á oir: Un pelotón por el flanco izquierdo dijo La vanguardia que avance rápida por el centro. Teniente Ortega, lleve el resto de la columna sobre aquella loma, y picando con sus espuelas los hijares de su brioso caballo, éste se puso en carrera veloz sobre el campo enemigo, seguido de un grupo de valerosos soldados.

Todo Oriental que abrigaba De la libertad el fuego, Bajo el pendon de la gloria Iba á desnudar su acero, Lleno de noble energía, Y de patriotismo lleno. Campon tranquilo vivía Bajo del paterno techo: Ciñóse al punto su espada, Montó un veloz parejero, Y voló do le llamaban De la corneta los ecos.

Salió recio, veloz y muy velero, En todo le ayudando aquel gentío. De como allí llegó, al mes tercero Dió velas á su nave con gran brio; La costa de la India va bojando, Y al mar del norte el rumbo enderezando.

Primeramente la marcha rapidísima del Este al Norte para hacer frente á la invasión por Bélgica; luego los combates; á continuación una retirada veloz para no verse envueltos; finalmente una batalla de siete días; y todo esto en un período de tres semanas nada más... En el momento del triunfo faltaron piernas á los vencedores para ir adelante y faltó caballería para perseguir á los fugitivos.

Encontróse, al cabo, en un apartado gabinete del Veloz, a un viejo con grandes patillas canas y una cabellera blanca y espesísima, más digna de coronar la frente del rey Lear que aquel rostro encarnado y granujiento en que había dejado impresa su huella todos los vicios.

Su ascensión había sido veloz, casi a todo correr, como si temiera llegar tarde a un lugar de cita que no conocía con certeza. Inmediatamente reanudó la marcha. Dos palomas silvestres salieron de la maleza con el sonoro plumeo de un abanico que se abre, pero el cazador pareció no verlas.

Las hierbas marinas ondeaban temblorosas sus verdes cabelleras; frutos redondos semejantes a los higos chumbos agrupábanse blancuzcos en las aristas de las rocas; flores que parecían de nácar brillaban en la profundidad de las aguas verdes; y entre esta vegetación de misterio destacaban las estrellas de mar sus puntas de colores, apelotonábase el erizo como un borrón negro lleno de púas, nadaban inquietos los caballitos del diablo, y un chisporroteo de plata y púrpura, de colas y nadaderas, pasaba veloz entre torbellinos de burbujas, surgiendo de una cueva para perderse en otra boca de insondable misterio.

Ahora, las chicuelas que vendían sin licencia corrían perseguidas hacia la calle de San Fernando, y otra vez el rebaño de la miseria, greñudo, sucio, con las ropas caídas, pasó azorado y veloz con triste chancleteo, arrollándolo todo, mostrando la palidez del hambre a la muchedumbre glotona y feliz. Doña Manuela dio sus órdenes. Podían regresar los dos a casa y volver Nelet con la espuerta vacía.