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Actualizado: 10 de junio de 2025


Cada bando procuraba poseer cañones más gruesos que los del adversario, y estos cañones tiraban y tiraban, con un estruendo ensordecedor. Recuerdo el asombro y la indignación de un oficial alemán que venía con nosotros, al ver cómo funcionaba la artillería. General clamó el prusiano , los artilleros no saben apuntar. Tiran al aire. Sólo desean hacer ruido.

Para entregarse a los juegos inocentes, que exigía el retroceso sensible que habían experimentado de pronto, se quitan las mantillas y dejan suelto el cabello, tiran los guantes, el abanico, la sombrilla, todo lo que pudiera simbolizar la juventud, y se quedan gozosas con los atributos de la adolescencia.

Por fin, entre los árboles que á modo de bóveda sombrean la calzada pedregosa se divisan los pañuelos de cien colores de las zagalas y los ramos de pan guarnecidos de flores y cintas y la novilla juguetona y empenachada. Los de Entralgo tiran sus monteras al alto saludando con alegría la pintoresca comitiva. Cuando llega salen á recibirla y se cambian entre unos y otros cordiales saludos.

Compró dos o tres vestidos magníficos a la duquesa, que carecía de la ropa interior más necesaria. Lo que empleaba cada día en sus gastos personales era un secreto entre su cajón y él. No creáis, sin embargo, que tenía el egoísmo odioso de ciertos maridos que tiran el dinero a manos llenas y quieren conocer al céntimo los desembolsos de su esposa.

Pegaron la hebra D. Basilio y Nicolás sobre el carlismo, la guerra y su solución probable, y se armó una gran tremolina, porque intervinieron los farmacéuticos, que eran atrozmente liberales, y por poco se tiran los platos a la cabeza. Torquemada procuraba pacificar, y entre unos y otros molestaban mucho al enfermo con la bulla que hacían.

No puede ser, replicaba Candido. Ambos á dos se tiran uno á otro, se abrazan, y derraman un mar de lágrimas. ¿Con que es vm., reverendo padre? ¡vm., hermano de la hermosa Cunegunda; vm., que fué muerto por los Bulgaros; vm., hijo del señor baron; vm., jesuita en el Paraguay! vaya, que en este mundo se ven cosas extrañas. ¡Ha Panglós, Panglós, qué júbilo fuera el tuyo si no te hubieran ahorcado!

Tiran pelotas de piedra de dos libras de peso; están montadas en cureñas marinas, cuyos modelos corpóreos, así como los de las lombardas y falconetes hizo el Sr. Monleón siguiendo los datos aludidos.

Cuando va a examinar las obras, parece que hasta las mulas de los carros la conocen y tiran más fuerte para darle gusto... Francamente, yo que siempre creí que el tal edificio no era factible, voy viendo... «Milagro, milagro» apuntó D. Baldomero en marcha hacia el comedor. ¿Y ? preguntó Juan a su consorte al quedarse solos . ¿Almuerzas aquí o allá? ¿Quieres que aquí? Almorzaré en las dos partes.

Hombre, eso, como este público es así... yo no me atrevería... pero mi opinión es que o debe alborotar, o le tiran los bancos. ¡Hola! No hay medio. Hay cosas atrevidas, ¡pero qué escenas! Figúrese usted que hay uno que es hijo de otro. ¡Oiga! Pero el hijo está enamorado... Deje usted: yo no me acuerdo si es el hijo o el padre el que está enamorado. Es igual.

Paco Vegallana, Obdulia, Visita y demás gente loca había dicho el Arcipreste se entretienen en cortar helechos, yerbas, ramas de árboles y arrojarlo todo al pozo, y cuando ya llega la hojarasca cerca de la boca... ¡zas! se tiran ellos dentro, primero uno, después otro y a veces dos o tres a un tiempo.... Al mismo Ripamilán, con toda su respetabilidad, le habían hecho descender a aquel agujero, y por cierto que para sacarlo se había necesitado una cuerda.... El Magistral tenía aquel pozo, que no había visto, delante de los ojos, y se figuraba a Mesía dentro de él, sobre las ramas y la yerba con los brazos extendidos ¡esperando la dulce carga del cuerpo mortal de Anita!... ¿Tendría ella tan reprensible condescendencia? ¿Se dejaría echar al pozo?

Palabra del Dia

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