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Actualizado: 22 de junio de 2025
Así sucede que va Vuecencia a tapar un agujero, y para taparle se forma otro; y tapa éste, y resulta otro más grande; y, tapa aquí y destapa allá, piérdese algo el buen tino, y al menor descuido salta una criba entera, que, créalo Vuecencia, no es la mejor capa para esperar un hombre, abrigado con ella, los calores del verano; sobre todo, si dan en apretar mucho, como aquí sucede, los fríos del invierno.
Pero algunas cigarreras, mejor informadas, se echaron a reír: ¿dolor de muelas?, ¡ya baja! Era que su marido la solfeaba todas las noches, y ella, por tapar los tolondrones y cardenales, se empañicaba así; también una vez se presentó arrastrando la pierna derecha y diciendo que tenía reúma, y la reúma era un lapo atroz sacudido por él.
¡A rebencazos te voy a tapar la jeta! le dijo en voz baja Baldomero, como para evitar ser oído por los demás. ¡Cualquier día! respondió el paisano tomando disimuladamente un botellón que tenía delante. ¡Soltá eso!... ¡Si no estuviera con estos señores! repuso Baldomero en voz aún más baja. ¡Cuando quiera, no más!
No mezcle usted mi casa en este asunto. ¡Bonita excusa! tronó el gigante. ¿Qué galimatías es ése? ¿No forma usted parte de la razón social Esteven y Compañía? Pues la casa Esteven y Compañía es la responsable de sus operaciones comerciales. El chico se ahogaba; ¡no poder tapar la boca de aquel animal! Ensayó domesticarlo, con frases cariñosas y acento humilde.
Navarro no le dejó concluir la frase; se levantó y alargando la mano como en ademán de tapar la boca a su hermano, gritó de este modo: No la nombres, no la nombres, porque volveremos a las andadas.... Has puesto el dedo en la herida de mi corazón, que aún mana sangre y la manará mientras yo viva.... ¡Desgraciado de ti, que al ponérteme delante no puedes excitar en mí la clemencia de la fraternidad sin excitar al mismo tiempo el bochorno de la deshonra! ¿Cómo he de acostumbrarme a ver con sentimientos cariñosos a la misma persona a quien he visto siempre con horror?... Déjame en paz.
No, no se lo diré, porque se moriría... felizmente, nada le pedí a Gregoria, nada, pero, aun así, ha sido humillante mi visita... ¿qué no haría yo por salvar a Quilito? ¡y si no se logra tapar la boca al portugués, no le salvaremos, no! ¿Cómo he de estar yo tranquila, si sé que la honra de nuestro apellido anda en juego? ¡Madre mía, aunque te halles ausente ahora, tú me oyes, no nos desampares!
Así, en la dicha pragmática se leen párrafos como el siguiente, que á título de curiosidad reproduzco y que dice así: «....Mandamos que en estos reinos y señoríos todas las mujeres, de cualquier estado y calidad que sean, anden descubiertos los rostros, de manera que puedan ser vistas y conocidas, sin que en ninguna manera puedan tapar el rostro en todo ni en parte con mantos, ni otra cosa, y acerca de lo susodicho, se guarden, cumplan y ejecuten las dichas pragmáticas y leyes con las penas en ellas contenidas y demás de los tres mil maravedís que por ellas se imponen en la primera vez caigan é incurran en perdimiento del manto, y de diez mil maravedís aplicados por tercias partes, y por la segunda los dichos diez mil maravedís sean veinte y se pueda poner pena de destierro, según la calidad y estado de la mujer.
Mi barba ya blanquea por varios sitios, como estás observando. Lo que en un joven puede disculparse como locura, como expansión irremediable del fuego que corre por las venas, en un viejo se llama crimen. El amor, a la edad en que yo estoy, no debe tapar con sus alas la luz de la razón, y si la tapa merezco el calificativo de insensato. Mi resolución podrá sernos amarga a los dos.
11 A los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras; enseñando lo que no conviene, por ganancia deshonesta. 12 Dijo uno de ellos, su propio profeta: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos. 13 Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe,
No tenía nada de buena... Sin los chiquillos, que pedían limosna por los caminos, todos se hubieran muerto de hambre, porque usted comprende que la caridad de los vecinos no basta para tapar tantas bocas... Además, la tal Briffarde no tenía nada de cómoda... Una salvaje, caballero, una leona... Las monjas de la Celle casi no podían con ella...
Palabra del Dia
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