Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de junio de 2025
María, te pueden ver! Toma! ¡ahí está tu piedra! El solitario, violentamente arrancado, rodó por el piso. Kassim, lívido, lo recogió examinándolo, y alzó luego desde el suelo la mirada a su mujer. Y bueno, ¿por qué me miras así? ¿Se hizo algo tu piedra? No repuso Kassim. Y reanudó en seguida su tarea, aunque las manos le temblaban hasta dar lástima.
Pero Dunstan saltó uno de más y empaló su caballo en un poste. Su persona inelegante y completamente invendible escapó ilesa, mientras que el pobre Relámpago, inconsciente de su calor, rodó de costado y exhaló dolorosamente el último suspiro. Había sucedido que, pocos minutos antes, Dunstan se había visto obligado a apearse para arreglar uno de los estribos.
No se sabe como rodó la conversación hacia un cierto apurillo que había, por la mucha calma de un pícaro administrador... Cuestión de dos o tres días... ¿Cómo negar este favor a quien se había portado tan bien? Rosalía creyó que se arrancaba un pedazo de sus entrañas cuando se le fueron de entre las manos aquellos diez duros con que apagó la sed metálica de su amiga. Pero no había más remedio.
El Magistral venía a desahuciarlo. «Era un impío». ¿Un impío Ronzal? ¡Su amigo de usted! se atrevió a decir Carraspique. Sí; don Francisco, mi amigo; pero lo primero es lo primero. Yo sacrifico al amigo tratándose de la felicidad de su hija de ustedes. Una lágrima de las pocas que tenía rodó por el rostro de la señora de la casa.
Un marinero del brick hizo fuego antes de la orden. ¡Perro aturdido! exclamó Kernok, y el pirata rodó a sus pies, abatido de un hachazo. Sobre todo añadió , no hagáis fuego hasta que estemos casi tocándonos; en el momento en que los ingleses vayan a saltar sobre nuestro puente, nuestros cañones les escupirán en el rostro, y ya veréis cómo eso les molesta; ¡estad seguros!
Y me figuro entonces lo que daré a todos los míos cuando haya subido al trono: a Marta, un espléndido aderezo; a papá, un cofre de hierro lleno de oro; a mamá, una gran caja de piñas azucaradas. El chasquido de lanzas desaparece a lo lejos, y con él mi sueño. Roberto llegó al día siguiente. En el momento en que el carruaje que lo conducía, rodó bajo el portón, Marta estaba al lado del fogón.
Baudelaire, el solitario, hizo de su capa torre de marfil que le aislaba del vulgo de malos poetas, de periodistas hueros y vanidosos, de cretinos equilibrados. La capa de Verlaine rodó por las tabernas y por los hospitales, y aquella capa de mendigo es ahora venerada como la bandera de la Francia espiritual. ¡Capa de la bohemia!
Alcanzaron la carretera y rodó el armatoste sobre una superficie más igual. Nucha reanudó el diálogo preguntando a su marido pormenores relativos a los Pazos, conversación a que él se prestaba gustoso, ponderando hiperbólicamente la hermosura y salubridad del país, encareciendo la antigüedad del caserón y alabando la vida cómoda e independiente que allí se hacía.
El le respondió sonriéndose: Menos se tardó vuesa merced desde el cielo al infierno, con haber más leguas, cuando rodó con todos esos príncipes que no han podido gatear otra vez a la maroma de donde cayeron. ¿Al amigo, señor don Cleofás respondió el Cojuelo , chinche en el ojo , como dice el refrán de Castilla? ¡Bueno, bueno!
Y puso nueve luises al 17... Rodó la bolilla. El 13 una vez más. Perdía. Su gesto se hizo más duro y agresivo. La suerte empezaba á reirse de él por su falta de voluntad. Un dominador no debe sentir vacilaciones; suya era la culpa, por haber abandonado el número. Los hombres deben insistir hasta imponerse, ó perecer sin abandonar su primera actitud. ¡Al 13, como antes!... Y salió el 17.
Palabra del Dia
Otros Mirando