Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 19 de mayo de 2025
Su primera ojeada era todo un examen. Me envolvía en aquella amplia y deslumbradora mirada que quería sondear mi conciencia y reconocer en el fondo de mi corazón las tempestades formadas o resignadas desde el día anterior. Su primera frase era una interrogación: «¿Cómo le va a usted?» Aquel ¿Cómo le va a usted? significaba: «¿Es usted más razonable?»
Y empezó á leerla, al mismo que una sonrisa parecía aclarar su rostro. Sin embargo, la carta era melancólica, terminando con quejas dulces y resignadas, verdaderas quejas de madre. Mientras iba leyendo, vió con su imaginación el antiguo palacio de los Torrebianca, allá en Toscana, un edificio enorme y ruinoso circundado de jardines.
El amor al estudio y a las artes hace descontentas o satisfechas, según que el celibato proviene de la libre elección o del encadenamiento de las circunstancias. Estas, según sus tendencias personales, se vuelven entonces resignadas, si son de humor acomodaticio, o sublevadas si pertenecen a la categoría de las violentas. La misma observación respecto de la falta de salud.
Siempre que comparo la casa destrozada, pero sana y bien orientada, situada en un valle ameno como los de Suiza, donde pasé los primeros años de mi casamiento, con esas casas ennegrecidas por el humo, con esas chozas cubiertas de heno y retama, siempre que veo esas mujeres más laboriosas y más resignadas que yo, a pesar de carecer de pan y abrigo para ellas y para sus hijos, me considero demasiado favorecida y privilegiada por la bondad de Dios.
María muere, Angelina se retira para olvidar, a un convento, para olvidar un amor que ya adivina amenguado en el perfecto amante de su fantasía. Porque ellas también, a su manera, son resignadas víctimas de la educación sentimental y casi mística. Sus lecturas favoritas, la sarracena ardentía de su sangre española, no les dejan entrever otra ventura que un «amor de exceso» como dijo el poeta, en donde amor y beso fueran síntesis de la eternidad». Pero cuando la vida va a enseñarles la dolorosa experiencia de su fragilidad, ellas no quieren aventurarse por la senda en que la señora de Bovary camina, velada y suspirando, hacia el amor que engaña.
Si vivieran convencidas de que en este mundo todo es temporal y finito, comprenderían que el amor no puede sustraerse a esa ley y estarían de antemano resignadas a todo lo que pueda sobrevenirlas. Por mi parte, tengo horror instintivo a la eternidad. La palabra siempre me crispa los nervios. ¡Oh, qué malvado! dijo riendo Carlota.
En primer lugar, la maldad de algunas de ellas, mis dos malas lenguas de la Catedral; después el matiz grisáceo y desteñido de las pobres solteronas resignadas con su estado, en lugar de estar alegres; en fin, la omnipotencia notable de las recalcitrantes del celibato que dejan caer sobre todo el mundo, en general, y sobre cada cual, en particular, el peso de su descontento perpetuo.
Una hora después sentía a lo lejos el rumor del cencerro de las bestias de carga, que no tardaban en aparecer en la cumbre vecina que yo mismo venía de cruzar, detenía allí un momento su paso cansado, levantaban la cabeza al viento y volvían a emprender la marcha resignadas.
Poblacion pobre, raza sin tipo bien determinado, aunque tradicionalmente valerosa, los saboyardos de ese valle inspiran cierta simpatía compasiva, sin que sus localidades llamen la atencion del viajero. Gentes sencillas, resignadas á los rigores de su clima y amantes de sus montañas, viven sin admirar las bellezas de su suelo, hablan muy mal frances y no piensan en la política del mundo.
Los seis querían ir a Buenos Aires; y como bestias humildes, resignadas de antemano a los golpes que creían merecer, bajaban la cabeza contentos con su desgracia si lograban alcanzar el término del viaje. Don Carmelo habló en voz baja con el primer oficial.
Palabra del Dia
Otros Mirando