Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de junio de 2025
No pudo recordarlo; pero lo buscaría, a tientas también; y una vez hallado, saldría de la alcoba, cogería el llavín que estaba colgado de un clavo en el recibimiento, y ¡aire!... ¡a la calle! La idea de la evasión estuvo flameando un rato sobre sus sesos, como una luz de alcohol, sin que pudiera entender cómo se había encendido semejante idea.
En otras ocasiones, usted debe recordarlo si ha hecho la guerra de Alemania, después de una o dos victorias se había acabado todo; la gente nos recibía bien; bebíamos vino blanco, comíamos chucruta y jamón en compañía de los pacíficos ciudadanos, bailábamos con sus gordas mujeres. Los maridos, los abuelos, se reían de buena gana, y cuando se marchaba el regimiento todo el mundo lloraba conmovido.
Señor, respondió el maestro de escuela, dirigiéndose a mí, ya he dicho a Vd. que todo lo que sé, lo debo al hermano cura; y ahora añadiré, porque es para mí muy grato recordarlo esta noche, que hoy hace justamente tres años.... Permítame Vd., hermano, que yo lo refiera; se lo ruego a Vd., añadió, contestando al cura que le pedía se callase: hoy hace tres años que iba yo a ser víctima del fanatismo.
Una noche tranquila, de hermosa luna, tuve que pasar solo cerca del sitio terrible. Aun tiemblo al recordarlo. El abismo me miraba, me atraía; mis rodillas se doblaban desobedeciendo mi esfuerzo y los tallos de los arbustos avanzaban para arrastrarme hacia la negra boca.
Los pocos años disculpan ciertas demencias, cuando de ellas se saca el honor puro y el corazón sano. ¿Para qué me obligas a repetir lo que quiero olvidar, si sólo con recordarlo paréceme que no merezco este bien que hoy poseo, tú, niña mía?
Lo demas pertenece al dominio de lo contemporáneo, y por lo mismo es inútil recordarlo aquí.
Todo por mi parte fue empeño vano. Lucía persistió en no ser esposa sino de Cristo, y fue tan resuelto su propósito que no pude atajar los primeros pasos que quiso dar para lograrle, y, harto a despecho mío, hube de consentir en que se volviese al convento. Sobre lo que tengo que contarte ahora, voy a pasar con rapidez como sobre ascuas. Aun así me quemará la sangre el recordarlo.
El alcázar de su felicidad ramplona permanecía aún en pie; pero ya estaba hecha y cargada la mina para volarlo. Antes de dar fuego, la que aún era intachable, de hecho, lo contemplaba melancólica para poder recordarlo bien cuando se sentara sobre sus ruinas.
«Las páginas ardieron pensó con dolor Krilov ; pero puedo acordarme de su contenido. Lo escrito en ellas existe; sólo necesito recordarlo.» Y lo intentó, sin encontrar en su memoria sino detalles insignificantes: la forma de las páginas arrancadas, la escritura, hasta los puntos y las comas. Lo esencial, lo principal, se había perdido para siempre y no resucitaría ya.
Pero he aquí que después de haber sentado en principio que únicamente entre nuestra clase se encontraban esas delicadas ideas del honor y esa elevación de carácter y de sentimientos que son el fruto de una educación adecuada a nuestro destino social, han asaltado el edificio novelesco de las falsas virtudes del estado llano y las han reducido implacablemente a un simple espíritu de emulación, de la cual nosotros tenemos también el honor de ser el vehículo: disertación que, seguramente, no me hubiera sacado de una meditación completamente extraña a lo que allí se decía, ni a propósito de la inalienable bajeza de los parias de Europa y de la poca confianza que había que tener en las costumbres del pueblo, no hubieran citado... ¡Gran Dios, mi sangre hierve al sólo recordarlo!... Se trataba de esa joven educada con tanto cuidado a la vista de Eudoxia, que hubiera respondido ciegamente de su inocencia... ¡Se trataba de Adela!... A este nombre perdí los estribos y, con un tono de voz que denotaba más cólera que curiosidad, pregunté el crimen que había cometido. «Casi nada dijo Eudoxia , una de esas cosas para las cuales su filantropía sentimental de usted reserva seguramente toda su indulgencia; una de esas pasiones decentes y platónicas que producen tan buen efecto en los dramas y en las novelas; un noble y tierno afecto por algún palurdo de la aldea inmediata, al cual va a hacer todos los días inocentes visitas que acabarán Dios sabe cómo.
Palabra del Dia
Otros Mirando