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Actualizado: 7 de mayo de 2025
Por eso compuso una marcha militar titulada «La marcha del capitán Pérez», que, en los conciertos populares de los jueves, arrancaba los aplausos de una mitad del público y la rechifla de la otra... Dos o tres anarquistas llegaron a interrumpir la preciosa música, que tenía sus pujos de wagneriana, con retumbantes rebuznos, para los cuales poseían particular habilidad.
Cuando el toro sucumbe, se presenta un episodio que armoniza con los combates mismos. En medio de la gritería que aturde, á causa de la ovacion ó de la rechifla, segun el caso, aparecen tantas parejas de mulas bravías cuantos cadáveres hay en la plaza. Aquel dia conté en las seis corridas quince caballos muertos ademas de los seis toros.
El señor Vicente se arrodillaba con los brazos en cruz ante el pecador, pidiéndole que le pegase con el látigo, que saciase en él su furia, a cambio de dejar en paz el santo nombre de Dios, pues antes quería morir que verlo insultado. El joven había sentido interés por este loco que vagaba por Madrid entre la extrañeza y la rechifla, como si fuese un resucitado.
Una docena de arqueros se deslizaron avergonzados en dirección á la tienda del gascón, despedidos por la rechifla de toda la columna, que poco después se ponía en marcha con el barón, camino del cuartel general inglés.
La rechifla le abruma, si, salvo, manca la estocada del modo indispensable. Aquel día hubo seis toros en campaña: tres fueron muertos guapamente, de un golpe instantáneo como el rayo, por un Espada de garbosa figura y negras y grandes patillas, llamado por sobrenombre Pepete. Lilo fue silbado sin misericordia, no obstante la buena reputación de que gozaba.
A poca distancia un agente de policía presenciaba una rifa, y aunque harto veía con el rabo del ojo el motín, no dio el más leve indicio de querer intervenir en él, y basta que vio a los dos catequistas abrirse paso trabajosamente y huir como perro con maza, perseguidos por la rechifla general, no volvió la cabeza ni se acercó, preguntando al descuido: «¿Qué pasa aquí, señores?». Lados flacos
¡Esta flor le falta al ramo! murmuró entre dientes el pobre D. Luis cuando llegó a su casa y volvió a meterse en su cuarto, mohíno y maltratado por la rechifla, que él se exageraba y se figuraba insufrible. Se echó de golpe en un sillón, abatido y descorazonado, y mil ideas contrarias asaltaron su mente.
Peñascales entonces, creyendo ver un abismo abierto a sus pies, cayó con un síncope, entre la rechifla de las huestes victoriosas. El nuevo Ministerio parecía complacerse en deshacer cuanto su predecesor había hecho. Eran ambos de una misma familia; y sabido es que las guerras intestinas son tanto más encarnizadas cuanto más afines son los beligerantes.
La novedad del día, saliendo del Club Social, cayó como una bomba entre la «selecta y numerosa concurrencia». Los admiradores y cortejantes de Coca recibieron general rechifla... Entre ellos sobresalían dos periodistas: Publio Esperoni, secretario de redacción de La Mañana, y Jacinto Luque, cronista de El Correo de las Niñas.
Arrojábanse sobre ella las mujeres, arrancándole la corona, tirando de sus pendientes hasta rasgarle las orejas, haciendo trizas sus blancas vestiduras. Al abrirse la puerta, salía como una bestia acosada entre la rechifla de los hombres, los arañazos de las mozas y las pedradas de los chicuelos, para refugiarse en casa de su padre. Este era inflexible.
Palabra del Dia
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