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Actualizado: 21 de junio de 2025


Y en esta existencia de vanidades satisfechas hasta el hartazgo, sólo una cosa le interesaba, por su variedad infinita, por sus fases, que parecían repetirse monótonas, pero en realidad eran distintas para los inteligentes de exquisito paladeo: el amor. Compréndeme, Miguel; no te rías en tus adentros. Me conoces demasiado para imaginar que yo puedo creer en el amor como la mayoría de los mujeres.

Cuando son malas no: me parecen vasos japoneses llenos de fango; pero mientras son buenas, no te rías, me parece, cuando estoy delante de ellas, que soy un monaguillo y que le estoy alzando la cogulla, como en la misa, a un sacerdote. Vamos, tráeme a Sol; ¿pero es de veras que Juan no viene hoy?». ¡Es de veras! , ; ahora mismo voy, y te traigo a Sol.

En ese momento mismo Martín entraba en el salón. Mira que ahí está don Camilo, Valentina, no te rías; acaba de entrar. ¿? pues lo voy a ver para darle las gracias y, dejándonos en la sala, atravesó el patio, donde don Camilo era recibido por los padres de Martín.

Me sonrojé, pero no quise interrumpir a mi tía. No te rías así; mira que tu risa la siento aquí, en el corazón. No te rías; ya lo que me vas a contestar; no hables, te lo diré yo. Vas a decirme que eres pobre, y que aunque descendieras de un rey, aunque fueras un sabio, y el primero por lo guapo y buen mozo, de nada te serviría todo esto, de nada, si no tenías dinero.... ¡Eso, tía!

No te rías maliciosamente, pues yo, como casi todo el mundo salvo unos cuantos seres elegidos representamos la normalidad, traducida en la infinita extensión de la tontería en la tierra. Al entrar en la convalecencia pasé horas de profunda melancolía. Una tarde leía un librito de un místico flamenco, pequeño por su tamaño, grande por su contenido.

No te rías, Lucía; pero es la verdad. ¿ has leído unos versos de Longfellow que se llaman «Excelsior»? Un joven, en una tempestad de nieve, sube por un puerto pobre, montaña arriba, con una bandera en la mano que dice: «Excelsior». No te sonrías: yo que sabes latín: «¡Más alto!». Un anciano le dice que no vaya adelante, que el torrente ruge abajo y la tempestad ¡se viene encima: «¡Más alto!». Una joven linda, ¡no tan linda como !, le dice: «Descansa la cabeza fatigada en mi seno». Y al joven se le humedecen los ojos azules, pero aparta de a la enamorada y le dice: «¡Más alto!».

«No, no te rías; tanto como marquesas no; ni para qué queremos nosotras ser títulas; pero lo que es nuestro coche no nos lo quita nadie... Yo te aseguro que si hoy viene la Jacinta, tiene que subir... Verás qué prontito viene el otro... Claro, cuando no esté aquí su mujer... Me paice a que su mujer, de esta hecha se tendrá que ir a plantar cebollino.

Nuestra madre amorosa. ¡Nuestra madre querida! Yo miro al cielo y la siento encima de como cuando nos acercamos a una persona y sentimos el calorcillo de su respiración. Ella nos mira de noche y de día por medio de... no te rías... por medio de todas las cosas hermosas que hay en el mundo. ¿Y esas cosas hermosas...? Son sus ojos, tonto. Bien lo comprenderías si tuvieras los tuyos.

La gente más fina de aquella vecindad, o la que más procuraba serlo, era la familia del cura, y estas dos sobrinas eclesiásticas se esforzaban en hacer contrastar su lenguaje atildado con el de su hermosa vecina. «Pero ¿no sabes, hijo, lo que me han dicho hoy? prosiguió Fortunata conteniendo la risa . ¡Ay qué gracia!... Te lo contaré para que te rías.

Palabra del Dia

rigoleto

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