Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de octubre de 2025
Ella se siente tan segura de su influencia, que nunca llega á desesperar. Tiene en París muchas amistades; le quedan muchas relaciones de familia. Se estremeció al pronunciar la última palabra. ¡La cárcel!... ¿Ves tú, Manuel, á un Torrebianca en la cárcel?... Antes de que eso ocurra, apelaré al medio más seguro para evitar tal vergüenza.
Después de llamar como unas tres veces, fue a llamar la cuarta, y... aquello sí era grave; no tenía voz, no le sonaba la voz, se le quedaba la intención de la palabra en la garganta sin poderla pronunciar. Dio algunos toques con los nudillos en el tabique; pero al fin su mano se quedó como si fuera de algodón; daba golpes con ella, y los golpes no sonaban.
La señora de Latour-Mesnil vio que eran las tres; una sonrisa nerviosa crispaba los labios de Juana. Tomose del brazo de su madre y se paseó sin pronunciar una palabra. Suspiraba profundamente de tiempo en tiempo.
Al pronunciar las últimas palabras estalló la pobre mujer en sollozos y ocultó el rostro entre las manos. El de Demetria se cubrió también de palidez y miró de frente á la dama con ojos donde no se leía el amor filial. Acércate, niña, acércate profirió D.ª Beatriz dulcificando su voz.
Sí continuó el militar: no es á mí á quien debe usted este favor; es á una persona que debe de querer á usted mucho, según las apariencias. Lázaro iba á pronunciar el nombre de Clara; pero se contuvo, porque multitud de pensamientos que se le agolparon á la imaginación, le hicieron detener un buen rato fija la vista en el militar.
Al pronunciar estas palabras se alzó de la silla y alargando las manos cogió la cara de la joven para besarla; pero ésta se zafó de ellas con prontitud; volvió á tomarla Velázquez y de nuevo se arrancó con fuerte sacudida, levantándose y saliendo á la parte de afuera.
Este otro ni siquiera chista. ¿Qué decís vos á ello? Al pronunciar estas palabras posó su pesada mano sobre el hombro de Roger. Á vos nada tengo que deciros, respondió el doncel procurando contenerse. Vamos, este no es escudero, sino tierno pajecillo.
Pronunció la palabra «prostituta» con el mismo acento con que estaba habituado a pronunciar las palabras «asesino», «ladrón», «bandido». ¿Usted es, con todo, cristiana? No, no soy cristiana. Si fuera cristiana, no sería prostituta. La situación se complicaba.
Un día ya no pudo contenerse, y cogiendo descuidado a Maxi en su cuarto, le embocó esto de buenas a primeras: «No creas que voy yo a rebajarme a eso...». ¿A qué, señora? A visitar a tu... no puedo pronunciar ciertas palabras. Me parece indecoroso que yo vaya allá, a pesar de todos esos proyectos de legía eclesiástica que le vais a dar. Señora, si yo no he dicho a usted nada...
En el momento de pronunciar yo, que si la sangre derramada en la Plaza de la Concordia brotara de las piedras que pisábamos, nos ahogaría, un caballero y una señora pasaron muy cerca de nosotros, y al oir mis palabras la señora, se levantó el traje y anduvo de puntillas algunos pasos, como si temiera mancharse las botas y el vestido.
Palabra del Dia
Otros Mirando