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Actualizado: 10 de junio de 2025
Quiero venir á la fuente, 1585 Porque sé que es el lugar Adonde os tengo de hallar, Y donde sois pretendiente. ¡Buen oficio me habéis dado! Ó de bestia ó de aguador. 1590 DO
La Biblioteca del Congreso, cuya base principal es la que perteneció al pretendiente Don Cárlos, no tiene de particular sino sus documentos políticos que le son especiales. El bibliotecario me mostró con suma galanteria cuanto le pedí, y tuve la particular curiosidad de hojear y leer las famosas constituciones de 1812 y 1837, autógrafas y firmadas por todos los legisladores respectivos.
Y menos le ofendía aún don Andrés, el cual sospecharía acaso que él había tenido, hacía más de un año, relaciones con la muchacha; pero en aquel momento le creía, según los informes que le daba doña Inés, decidido pretendiente y casi futuro esposo de la fresca viuda doña Agustina Solís y Montes de Allende el Agua. Don Paco se consideraba obligado a echar la absolución a Juanita y a don Andrés.
Don Rodrigo, el pretendiente despreciado por Inés, intenta vengarse de su rival; en una corrida de toros sálvale Don Alfonso la vida; pero este sentimiento de gratitud, que le debe en remuneración de su servicio, acrece aún más su ira; espíalo, pues, y saliendo de su emboscada, lo tiende muerto á sus pies.
Por ventura se forjaba la ilusión de que correspondían perfectamente al ciclópeo torso y a su espíritu altanero. Preguntome por algunos personajes del carlismo que él había conocido, y dio la casualidad que siempre me había hallado algunas leguas distante de ellos. En cambio le hablé largamente del Pretendiente, a quien conocía por las fotografías, y de su esposa D.ª Margarita.
¡Ah! como llegue a pasar al alcance de mi mano un pretendiente, os prevengo que salto a él y de grado o por fuerza le llevo al cura y al alcalde. ¿Aunque no te guste?... pregunté interesada. Un pretendiente gusta siempre. ¿Aunque sea feo y viejo? Me tiene sin cuidado respondió Francisca con su desenvoltura habitual. ¡Oh! dije indignada. No creo que te casaras con alguien que no te gustara...
Si ella pierde un pretendiente, yo he perdido la conducta y cuanto perder cabe... Después pensaba en Baltasar... y en los Sobrados todos... . ¡Ah!, ¡buen chasco esperaba a la avarienta de la madre, que contaba con establecer brillantemente a su hijo! No la habían querido a ella... pues ahora iban a verse desairados a su turno.... ¡Ya probarían lo bien que sabe!
Desde luego hallaremos por Castilla el famoso Duguesclín, que con las mejores lanzas francesas anda al servicio de un príncipe español, Don Enrique de Trastamara, empeñado en ponerlo en el trono, al paso que el monarca legítimo Don Pedro, hermano del pretendiente, se ha dirigido á nuestro rey Eduardo en demanda de auxilio y creo que el mismísimo Príncipe Negro nos llevará al combate.
¿Entonces, los lanceros?... Menos, doctor... ¿Entonces que quiere usted darme? preguntó aquel desgraciado e incómodo pretendiente. Nada se apresuró a contestar don Benito que en ese mismo instante llegaba a nuestro grupo.
Admitió el trato de Quintanar, pero a beneficio de inventario y con las demás condiciones que había impuesto a don Cayetano; no sabrían nada las tías. Don Víctor aceptó aquella manera de ser pretendiente. Mire usted decía Frígilis el secretillo es la salsa de estos negocios; la chica picará más pronto... ya verá usted como pica.... Ana pasaba el tiempo sin sentir al lado de Quintanar.
Palabra del Dia
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