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Actualizado: 10 de junio de 2025


Tocaría, pues, a otra puerta, yéndose derechita a ver al Sr. de Feijoo, que era amigo suyo y había sido su pretendiente, y tenía gran amistad con don Jacinto Villalonga, íntimo del Ministro de la Gobernación. A poco llegó don Basilio diciendo que Maxi no venía a almorzar. «Ha ido con D. León Pintado a ver a no qué personaje, y tienen para un rato».

Laura miró con asombro a su hermana, y no se atrevió a aclarar el punto, dejando correr la invención del «capitán Pérez», el pretendiente fantasma... Despidiose Vázquez y volvió al cabo de tres o cuatro días. Sus visitas menudearon desde entonces. Venía a jugar al ajedrez con Adolfo. Se hizo íntimo de la casa... Una vez, Adolfo preguntó: ¿Quién es ese capitán Pérez?

Su antiguo lema «Por Dios y por el Rey» había sufrido una mutilación. Ya no pensaba en el rey. De sus antiguos entusiasmos por el pretendiente don Carlos sólo le quedaba una gran fotografía con dedicatoria adornando la parte más obscura de su salón.

Está tan en los usos y costumbres que cualquier caballero diga su atrevido pensamiento a una mujer casada, que ésta se ofenderá rara vez. Por virtuosa que sea, se limitará a rechazar o a desengañar con dulzura al pretendiente.

Estos bestias están dispuestos a morir por su rey. Oh, no lo diría. Además ¿para qué? No había de convencer a nadie; unos son fanáticos y otros aventureros y ninguno está dispuesto a dejarse persuadir. Pero no crea usted que todos tienen un gran respeto ni por don Carlos ni por sus generales. ¿No ha oído usted en la posada que hablan algunas veces de don Bobo? pues se refieren al Pretendiente.

No faltó más sino que la abuela me hiciese ponerme al piano para tocar una pieza o cantar una romancita... Por fin se termina la sesión. Todo el mundo está satisfecho y yo también... Decididamente, la feria del matrimonio tiene de bueno que enseña a estar contento de uno mismo y de los demás. Esto último es mucho más raro que lo primero. La abuela no cesa de elogiar al pretendiente.

Mejor harías de decirme qué te pareció aquel joven moreno que estaba ayer en el rosario al lado de la señorita de Sarcicourt. Un joven moreno... en el rosario... al lado de la señorita de Sarcicourt... No le reparé. , , recuerda bien... ¡Dios mío! otro pretendiente... ¿Por qué no?

Hay un soltero aquí... un pretendiente... un pretendiente... ¡Krakow! le digo, todo turbado; ¡no se burle así de un viejo gruñón como yo! Y la baronesa salva la situación, diciendo con expresión graciosa: No tema nada, barón; nosotras, las madres, hace diez años que lo hemos abandonado a usted como incurable. ¡Pero bien podría dejarse ver, a pesar de todo! aúlla el viejo. Al fin, llega ella...

Rubín fue al mes siguiente inspector de policía en no qué provincia. Pero su infame estrella se la había jurado: a los tres meses cambió la situación política, y mi Rubín cesante. Había tomado el gusto a la carne de nómina, y ya no podía ser más que empleado o pretendiente.

El manto real de los reyes bárbaros de Europa fué siempre colorado. La España ha sido el último país europeo que ha repudiado el colorado, que llevaba en la capa grana. Don Carlos en España, el pretendiente absoluto, iza una bandera colorada.

Palabra del Dia

rigoleto

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