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Actualizado: 10 de junio de 2025
Francisco Zurbarán Salazar, natural de Fuente de Cantos, en Extremadura, vecino de Sevilla, residente en Madrid desde Junio de 1658, y dijo que le conoce hace cuarenta años, y que conoció a sus padres, que eran gente muy principal; que en la familia de Velázquez había habido familiares de la Inquisición; que a los padres, que conoció, los vio siempre tratarse con mucho lustre y estimación y lo mismo oyó de los abuelos; que no ha tenido tienda ni ejercido el oficio de pintor más que para S. M., y que si hubiera algo en contrario lo supiera por haber muchos años que conoce al pretendiente y a sus padres.
De no aceptarse al novio, se le entrega el importe del servicio, el cual se le carga en cuenta al nuevo pretendiente que tenga la dalaga, de modo que el pamimianan no es ni más ni menos que un préstamo que se hace al padre, con la garantía de la hija.
¿Conquistada?... Entonces se conquista ahora a las muchachas con discusiones sociales... Las muchachas serias respondió la abuela ligeramente ofendida, tienen así ocasión de apreciar a un pretendiente... ¿Qué más quieren? Solté una carcajada vibrante, prolongada, interminable. De modo, abuela, que el señor de Baurepois era un pretendiente... Ciertamente balbuceó la abuela. ¿Por qué no?
Dió las buenas tardes á los padres de la dalaga, fué cuidadosamente observado por aquellos, y acto continuo indicaron faltaba agua, á cuya indicación el pobre Bindoy, cargó con un pesado bombón de caña, que llenó en un manantial vecino. Con este trabajo empieza el via-crucis que tiene que recorrer el pretendiente.
Al hablar usaba D. Casimiro de cierta solemnidad y pausa muy entonada; pero su voz era ronca y desapacible, asegurándose provenir esto en parte de que no le desagradaba el aguardiente, y más aún de que en su casa y despojado de las galas de novio ó de pretendiente amoroso, fumaba mucho tabaco negro.
El pretendiente traía su uniforme de Marina, en cuyo honroso Cuerpo servía; pero a pesar de tan elegante jaez, su facha era muy poco agradable. Así debió parecerle a mi amita, pues desde un principio mostró repugnancia hacia aquella boda. Su madre trataba de convencerla, pero inútilmente, y le hacía la más acabada pintura de las buenas prendas del novio, de su alto linaje y grandes riquezas.
A los ocho ó quince días de la entrega del habilin, se prepara otra cena, previo aviso á todos los parientes de una y otra parte, y si á la conclusión de aquella devuelve el padre de la dalaga al amang-cruz las dos monedas, es señal de calabazas en redondo; si no hay devolución, el pretendiente pasa á ser novio oficial.
La señora era hermana del marqués de Revollar, que tanto había figurado en Madrid hacía pocos años por su increíble disipación y prodigalidad, y que ahora, totalmente arruinado y perseguido de cerca por sus acreedores, había corrido a refugiarse en las huestes del Pretendiente, a quien servía como ministro y consejero.
Esta intimidad tiene sus inconvenientes y no faltan hombres que después de estar en cinta su novia la dejan burlada. Los padres saben estos casos, pero todo lo vence la codicia. Es verdad que una mujer á quien ha sucedido esto no pierde tanto como en España, ni le suele faltar pretendiente. Entre la gente rica se acostumbra á dotar á la mujer por quien ha de ser su marido.
D. Baltasar de Zúñiga se procuró informaciones, tuvo varias conferencias con el pretendiente y hubo de dar curso á la proposición, remitiéndola, con despacho suyo, al Duque de Lerma, que la puso en trámite secreto del Consejo de Estado.
Palabra del Dia
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