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Actualizado: 10 de junio de 2025


¿Por qué no fomentar aquel pequeño acceso de celos, en vez de disiparlo? ¡Quién sabe si podría obtener de ese modo algún provecho! Después de todo, Héctor Bobart era un pretendiente desdeñado y ... de repente vino á la memoria de Clementina el recuerdo de las cartas que aquél había dirigido á Herminia y vió en aquellas delgadas hojas de papel el medio de prender un incendio.

Pues bien, entonces, dejadme hacer el pedido en vuestro lugar, si no tenéis valor para hacerlo vos mismo, y asunto concluido. No es probable que Lammeter vea con malos ojos que su hija se case en mi familia, me parece. En cuanto a la linda muchacha, no ha querido aceptar a su primo y no veo que otro pretendiente hubiera podido soplaros la dama.

Parecíale gentezuela de poco más o menos toda la que la rodeaba en su pueblo, y se prometió solemnemente morir soltera si no se presentaba por allí un pretendiente que, a la cualidad de buen mozo, reuniese un poco de educación, algo de mundo y cierto aquel a la usanza del día.

Según parece, existen algunas probabilidades de casar a mi Sofía; si esto se realiza, mi obra quedará terminada: entonces podré decir como el viejo Simeón: «Basta, Señor, relevad a vuestro siervo». El pretendiente es un hidalgo de Mende, en las montañas de Cévennes, llamado M. de Ligonnés.

Cuanto pretendiente se acercaba á Nicolasa era respetado por Tomasuelo, quien no le ponía el menor estorbo, durante los preliminares y coqueteos; pero si más tarde se extralimitaba y dejaba ver que venía con mal fin, ya podía temer el enojo y las pesadas manos de aquel hermano adoptivo, celoso de la honra de su familia.

Los enemigos de «la Papisa Juana» afirmaban que de joven había tenido oculto en su palacio al conde de Montemolín, pretendiente a la corona, y que allí lo había puesto en relación con el general Ortega, capitán general de las islas. A estas murmuraciones unían la de un amor romántico de doña Juana por el pretendiente. Jaime sonreía al oír estas noticias. Todo mentira.

No ha de ser el resentimiento quien presida á tu conducta sino la razon, el deseo de que una cosa de tanta entidad no vaya á parar á malas manos. El pretendiente no carece de algunas buenas disposiciones para el desempeño; ¿porqué no hacerle esta justicia? Pero en cambio adolece de defectos imperdonables.

»No me dio algo allí, porque, después de mi entrevista con el pretendiente, ya no podía admirarme nada que fuera de la especie de lo que le había oído a él; pero en la acogida que habían merecido a mi madre sus pretensiones, no dejaba de haber motivo para sorprenderme, y así se lo manifesté a ella.

No por esto osaba aproximarse, como si una irresistible timidez le cerrase el camino de la finca mientras brillaba el sol. Desde que era pretendiente no podía presentarse como amigo. Su llegada podía resultar embarazosa para la familia de Pep. Temía que la muchacha se ocultase al verle.

Entre el tropezón, mi caída, el grito que y las voces de Rubín, se asustó el caballo de tal manera que salió á escape, perseguido por el paje. Antes de que pudiera levantarme á mi lado al desairado pretendiente, quien me anunció que estaba en sus tierras y me ofreció cortésmente acompañarme hasta su casa, donde podría esperar con comodidad el regreso del paje.

Palabra del Dia

rigoleto

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