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Actualizado: 20 de mayo de 2025
La noche se llenaba toda con él. ¡Oh, Inés de mi corazón! ¡Cuán desgraciada soy! ¡Tener esta enfermedad en el espíritu y no poderla desechar, tener esta fragua de pensamientos en el cerebro y no poder echarle agua para que se apague...!
Don Quijote se lo prometió, en nombre de los demás, y él, con este seguro, comenzó desta manera: «Mi nombre es Cardenio; mi patria, una ciudad de las mejores desta Andalucía; mi linaje, noble; mis padres, ricos; mi desventura, tanta que la deben de haber llorado mis padres y sentido mi linaje, sin poderla aliviar con su riqueza; que para remediar desdichas del cielo poco suelen valer los bienes de fortuna.
Con esto la puse en quien La misma desigualdad Disculpe la voluntad, 2105 Para no quereros bien. Mas no me pidáis que os den Gracias de haberla traído Mis ojos; que antes ha sido Para no poderla ver, 2110 Pues testigo habéis de ser, Y yo menos atrevido. Tanto la licencia tarda, Que sin ella vengo á veros. DO
Causaba lágrimas de consuelo el oirle a ésta con tanto agrado, devoción y dulzura sacrificar a JESUCRISTO su juventud, sus prendas, sus hijos y su vida: protestando, que sentía en el alma no poderla perder mil veces, en desagravio de las ofensas, que reconocía haber hecho a su Redentor, cuyo perdón esperaba, por los méritos de su sangre y por la intercesión del amparo de pecadores MARIA, cuyo tierno amor, decía, que nunca había podido arrancar de su corazón.
Arras. Despues de visitar á Ostende, nuestra excursion en Bélgica debia terminar. Era tiempo de volver á Paris, puesto que el resto del país flamenco no llama la atencion sino bajo el punto de vista agrícola y fabril. Por lo que hace al sur de Bélgica, la pintoresca region de la hoya del Meusa, nos prometíamos poderla conocer mas tarde, al hacer alguna otra correría.
Dolly Dawson, con quien Reginaldo había entablado una especie de agradable amistad, más con el propósito de poderla observar e interrogar que por otra cosa, vino a vernos para informarse de mi salud y saber si habíamos conseguido alguna noticia sobre el paradero de Mabel. Su padre nos dijo, habíase ausentado por varios días de Londres, y ella iba a partir para Brighton, a visitar una tía.
Cubrióse en el acto el marqués, y dirigiéndose al rey, pronunció un breve discurso, en que, según la costumbre, trazó a grandes rasgos la gloriosa historia de su familia, que comenzaba en aquel Fortún de Torres, que peleó con Alfonso el Sabio y murió en el Alcázar de Jerez, agarrando con los dientes la bandera de su rey, por no poderla ya sujetar ni defender con sus dos manos mutiladas...
Opúsose furiosamente el tutor al casamiento de su pupila, sin que hubiera quien le convenciera, porque ya se sabe á qué estado de odiosa y repugnante oposición llegan á veces padres, madres y tutores en esto de las bodas, lo cual, visto por el fogoso galán, deseando librar á su adorada de aquel Argel donde gemía cautiva, hizo en Sevilla las diligencias necesarias para poderla sacar por el Juez de la Iglesia, y corrientes los papeles volvió á Utrera en compañía del Alguacil Mayor del Cardenal para lograr la realización de sus ansias.
Usted mismo con la confianza y la única esperanza de poderla hacer suya un día, la empujaba hacia ese abismo. Quería usted hacerla su esposa; pero ¿era verosímil que, incitados ambos por la pasión y dadas las condiciones en que ella se encontraba, hubieran sabido esperar?
Por tanto, es preciso ir con tiento, trayendo la gente en corto número para poderla cuidar, porque con la mudanza de tierras, siempre mueren muchos, causa de que en estas Reducciones no sea mucha más la gente y aun en las Misiones de los Moxos es peor, por ser las tierras más trabajosas, y cada día van á menos, si continuamente no reclutan los pueblos con nuevos infieles, como lo procuran hacer aquellos fervorosos Misioneros; bien que en las de los Chiquitos sabemos se ha logrado esta diligencia, pues generalmente se reconoce haber ido en aumento, pues el año de 1723 entraron ochenta familias de infieles en el pueblo de San Rafael, y en el de San Juan noventa y dos almas, valiéndose Dios de un medio bien especial para traer á los infieles que entraron en San Rafael.
Palabra del Dia
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