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Alli son medallones y nichos, y aqui relieves con anchas fajas de grotescos, follages, figuras y cabecitas prominentes; pero todo es obra del egregio prelado de la sangre real de Austria. Véase la lámina que representa este interior. El actual embovedado se construyó desde el año 1713 al 1723, costeando generosamente muchos prebendados las bóvedas de algunas naves.

Estas ordenanzas de 1606 fueron posteriormente confirmadas en Febrero de 1649, en Abril de 1675 y en Septiembre de 1680, y en 1723 se imprimieron por Francisco Sánchez Reciente, con este título: Ordenanzas de el oficio de los maestros confiteros de Sevilla y su reinado, en virtud de cédula de su majestad y señores de su real consejo, que se mandaron imprimir siendo veedores Bartolomé de Marchena y Luís de Bonilla, maestros de dicho oficio, etc.

Por tanto, es preciso ir con tiento, trayendo la gente en corto número para poderla cuidar, porque con la mudanza de tierras, siempre mueren muchos, causa de que en estas Reducciones no sea mucha más la gente y aun en las Misiones de los Moxos es peor, por ser las tierras más trabajosas, y cada día van á menos, si continuamente no reclutan los pueblos con nuevos infieles, como lo procuran hacer aquellos fervorosos Misioneros; bien que en las de los Chiquitos sabemos se ha logrado esta diligencia, pues generalmente se reconoce haber ido en aumento, pues el año de 1723 entraron ochenta familias de infieles en el pueblo de San Rafael, y en el de San Juan noventa y dos almas, valiéndose Dios de un medio bien especial para traer á los infieles que entraron en San Rafael.

Entre las ballenas son comunes los naufragios, por dos motivos. No pueden como el pez, mantenerse durante las borrascas en las capas inferiores y tranquilas; y luego no quieren separarse, siguiendo los fuertes el destino del débil. Se ahogan, pues, en familia. En diciembre de 1723 zozobraron ocho hembras en la desembocadura del Elba, y cerca de sus cadáveres se encontraron sus ocho machos.

Porque dando en ellos los infieles Ugaranós y habiendo habido muertes de una y otra parte, se vinieron á San Juan dos parcialidades que hacían veinte familias y llegaron á aquel pueblo á 25 de febrero de 1723. Eran de dos pueblos de Zamucos; del uno llamado Quiripecodes, venía el cacique Sofiáde con dos hermanos suyos, matadores del hermano Alberto y diez familias en que había cincuenta almas.

Y para que se viera que él era el primer cumplidor de la pragmática, como quiera que en ella se ordenaba que todas las autoridades y justicias vistieran de negro, en el primer cabildo que la ciudad celebró el 7 de Diciembre de 1723, se presentó todo enlutado, empuñando su vara, y obligó á que con igual traje negro fuesen todos los caballeros, desde el escribano Castillo hasta el último portero.

Tambien en este año se hicieron las bóvedas de las naves de la iglesia, obra que continuó hasta el 1723. Murió el 13 de octubre el obispo D. Francisco Solís, y fué enterrado en la nave de Villaviciosa, poniéndole en su sepultura un largo y pomposo epitáfio. Reconciliadas ya las cortes de España y Roma, habia renovado S. S. por otro quinquenio las gracias del subsidio y escusado cumplidas en 1712.

Entremeses nuevos, escogidos de los mejores ingenios de España: Zaragoza, 1660. Migajas del ingenio y apacible entretenimiento en entremeses: Zaragoza, Diego Dormer, 1674. Tardes apacibles de gustoso entretenimiento: Madrid, 1663. Arcadia de entremeses, escritos por los ingenios más clásicos de España: Madrid, 1723.

El P. Superior Francisco Hervás llegó á los dichos pueblos tan postrado de fuerzas por el cansancio y por sus continuos achaques, que habiendo de quedar allí en un sumo desamparo, se vió precisado á volverse; y habiendo llegado quince leguas de San Juan, le fué á confesar el P. Juan Bautista de Xandra, aplicóle algún remedio, con que se alentó el P. Hervás y pudo llegar en hombros de indios á San Juan, donde se le administraron los demás Sacramentos y aplicaron algunos otros remedios, pero sin efecto, por hallarse muy debilitado y con ardientes fiebres, y al fin murió dos días después, á 24 de Agosto de 1723, teniendo 61 años de edad, 44 de Compañía y 27 de profesión de cuatro votos.

Las ballenas, que carecen de la vida fija de esos anfibios, van, sin embargo, de dos en dos en sus errantes paseos á través del Océano. Duhamel y Lacépède dicen que, en 1723, dos de estas ballenas que estaban heridas no se separaron nunca, y cuando estuvo muerta la una, la otra se abalanzó sobre su cuerpo lanzando horrorosos mugidos.