United States or Papua New Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Opúsose furiosamente el tutor al casamiento de su pupila, sin que hubiera quien le convenciera, porque ya se sabe á qué estado de odiosa y repugnante oposición llegan á veces padres, madres y tutores en esto de las bodas, lo cual, visto por el fogoso galán, deseando librar á su adorada de aquel Argel donde gemía cautiva, hizo en Sevilla las diligencias necesarias para poderla sacar por el Juez de la Iglesia, y corrientes los papeles volvió á Utrera en compañía del Alguacil Mayor del Cardenal para lograr la realización de sus ansias.

A la muerte de sus padres quedó don Carlos muy niño, y nominalmente heredero de una fortuna, muy mermada y comprometida, que en manos de tutores y albaceas, perseguida por acreedores y legatarios, y tamizada por leguleyos y abogados, se volvió sal y agua en menos de diez años.

Se formó solo en el estudio y el trabajo, sin directores mentales, sin guías, sin tutores de su inteligencia la peor calamidad siguiendo sus vocaciones unas veces, impulsado por las necesidades otras, hasta encontrar la definitiva orientación de su espíritu, a más de la mitad de su existencia, siguiendo luego por ese camino de progreso hasta su muerte.

Eso ; tan pronto como quedó comprobado que se habían presentado partidas de negros armados en diversos lugares de la República, empezaron á rodar cañones y á desfilar regimientos; medida tardía y no siempre eficaz, cuando se trata de países sólo independientes y soberanos á medias, cuyos tutores no suelen proceder con esos miramientos que en la práctica del derecho internacional sólo se guardan entre los estados que mutuamente se temen y respetan.

Los novios de Hornachuelos describen las humillaciones, que el rey D. Enrique III hace sufrir á un orgulloso rico-hombre de Extremadura, llamado Meléndez. La escena más notable es aquélla, en que el Rey penetra disfrazado en la habitación de su insolente vasallo para castigar su orgullo. Cierra las puertas, y se presenta cubierto á Meléndez, el cual, aun sin conocerlo, cae en tierra como agobiado por el solo poder de la majestad real. El Rey: El enfermo rey Enrique, Tercero en los castellanos, Hijo del primer Don Juan, A quien mató su caballo, Comenzó, Lope Meléndez, A reinar de catorce años, Porque entonces los tutores Del reino le habilitaron. Por Rey natural Castilla Le veneraba, no tanto, Que la edad á los descuidos No les concediese mano: Con la enfermedad también Más le desacreditaron En la omisión al respeto Inobedientes vasallos. El Rey, bien entretenido, Pero mal aconsejado, En la caza divertía Atenciones á los cargos. Dormido el gobierno entonces, La justicia á los agravios De los humildes servía, Más que de asombro, de aplauso. Fuéronle, amigos fieles Los días, avisos dando; Que en veinte años nunca han sido Prodigios los desengaños. Volvió á Burgos una noche De los montes, más cansado Que gustoso; cenar quiso; Y ninguna cosa hallando Al despensero llamó, Y preguntóle enojado Qué era la ocasión.

¡Bueno: basta! ¡Al diablo!... ¡Yo no los traje a ustedes de tutores!... ¡Váyanse cuando les la gana! ¿Entienden?... Yo lo que hago... ¡Váyanse al diablo, y cuanto antes!...

Debe emanciparse usted de esa tutela, ó no hará el camino que le corresponde hacer por mismo, sin necesidad de tutores. Ricardo había defendido la persona de su asociado desde las primeras insinuaciones; pero acabó por acoger, pensativo y ceñudo, sin una palabra de protesta, el último consejo de Elena.

Si todas estas quejas son verdaderas, ¿por qué no presentais al Rey nuestro señor, como sois nuestros Padres y tutores la amargura y trabajo á que nos estrechan sus Reales ministros, siendo sobre todas la más sensible el que despreciando nuestras representaciones no vengan en ninguno de los partidos á que hemos salido? pues hemos propuesto que ya que por servir al rey nuestro señor hemos de salir de los pueblos á vivir como bárbaros en los desiertos exponiéndonos á perecer de hambre y que en la transmigración se mueran nuestras mujeres y pequeños hijos con la mudanza de climas y con las fatigas é incomodidades de los caminos de cien leguas.

Al través de la oposición de los padres y tutores, y por encima de las asechanzas que les tendían, los amantes desdeñados, purificados con mil pruebas diversas, padeciendo mucho y llorando mucho más, al cabo salían siempre triunfantes. Y bien lo merecían.

Habiendo de ser tan vasto el manejo de los factores, y ellos sujetos, como queda expresado, me parece debérseles señalar diez por ciento de las utilidades que quedasen libres a la factoría, que es lo mismo que señalan las leyes a los tutores de menores por la administración de sus bienes; pero no debía permitírseles ningún otro giro ni granjería particular por , ni por interpósita persona, ni tampoco el que usasen de cosa alguna de la factoría, a excepción de la habitación, que deberían tener en las casas principales, sin otra alguna cosa.