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Todo lo que ahora priva lo encuentra usted allí. En esos librotes que ve usted allí, tan desdeñados por los eruditos a la violeta, es donde beben los sabios de hoy cuanto hay de bueno en sus flamantes teorías, que es poco. ¡Y luego nos presentan sus novedades, muy orondos y pagados de ! Aquí viene muy a pelo lo que dijo un músico célebre de un innovador.

Este se presenta como amante suyo, y se desposa con ella; el himeneo se celebra primero en su casa, en donde descubrirá su rostro, velado hasta entonces; para acompañar á la desposada hasta ella, la entrega á la Verdad y á la Razón. Las hermanas de Psiquis, que se llaman Irascible y Concupiscible, envidian la dicha de la desposada, y se conjuran con los tres amantes desdeñados para destruirla.

Fué a la alacena, sacó un plato en que se veían restos de los hojaldres desdeñados por el niño la noche antes, y lo puso delante de Agapo, quien, dejando finezas a un lado, empezó a devorar glotonamente. ¿No estás borracho? preguntó la señora, mirándole a la cara. ¡Oh! no protestó el atorrante. Pablo Aquiles te encontró ayer en un estado deplorable. Era día de la patria... y había que festejarlo.

En esto comenzó la gente á enfermar y morir á más furia quel mes pasado, y los de la ciudad, desdeñados del estrago que se les había hecho y hacía en la campaña, no querían acoger los enfermos, y ansí murieron muy muchos por dejados, como los dejaban á la marina al agua y sereno.

Hizo retirar á toda la guardia que tenía en el foso y metella dentro el fuerte, dejando guardia ordinaria de día y de noche en el dicho foso y en la gruta donde se sacaba alguna poca de agua, y de esto estaban muy desdeñados y con gran pesar todos, porque encomenzaban á pasarlo mal de sed y enfermaban muchos y se morían, y los heridos no podían ser bien curados, de manera que cada día venían á faltar y á ser menos, y los turcos se aumentaban y se acercaban más al fuerte con sus trincheras, mudando la artillería en más partes; y por hacer más daño dentro el fuerte, como cada hora se hacía, comenzaron á hacer ciertos garitones á modo de plataformas, tan altos como los caballeros del fuerte, y aun algo más levantados, donde ponían escopeteros que mataron muchas gentes dentro, porque descubrían á los que estaban en el fuerte hasta los pies, y estaban tan cerca que la artillería no les podía hacer daño.

Los que han llegado a saborear otros rasgos de Pereda, todavía de más singular y exquisita literatura, de emoción trágica e intensa, de cruda expresión y ardiente colorido; los que recuerdan, quizá con lágrimas, La Leva, El fin de una raza y las mejores escenas de Sotileza, aquí hallarán la misma grandeza y el mismo brío; la misma arrogancia, casi épica, con que el autor realza y ennoblece las catástrofes vulgares y los más desdeñados esfuerzos del trabajo humano, dando nobilísimos ejemplos de una poesía verdaderamente cristiana y verdaderamente moderna.

No había tomado medidas sobre aquella casa, ni reconocido sus linderos Cervantes, que esta es cosa de ladrones o de alguaciles, o tal vez de amantes desdeñados que de malas trazas se amparan para el mal logro de sus deshonestos deseos, y hacen y obran como si ladrones o alguaciles fuesen; pero fuese que nuestro Miguel, por enamorado, por un secreto instinto y por algunas señales, no dudosas, de favor que doña Guiomar le había dejado ver las pocas veces que por un momento se habían visto, y además, por la buena fortuna que con las mujeres hasta entonces había alcanzado, no hubiese temido desdenes, y en reconocimientos de lugares flacos por donde entrar, como por asalto y sorpresa, en la casa de la señora de su alma, ni aun había pensado.

A pesar de su grande autoridad como hombre de ciencia y a pesar de la austeridad de sus costumbres, el Padre Ambrosio era benigno y afable con todos los hombres y más aún con los desatendidos y desdeñados.

Los pretendientes desdeñados, que antes lo llevaban todo con resignación, dando por supuesto que los consolaba, que los desdenes de doña Luz nacían de su amor a Dios y al cielo, cuando supieron que doña Luz gustaba tanto de la tierra y de otro hombre como ellos, no la perdonaron tampoco, y censuraron su ligereza.

Al través de la oposición de los padres y tutores, y por encima de las asechanzas que les tendían, los amantes desdeñados, purificados con mil pruebas diversas, padeciendo mucho y llorando mucho más, al cabo salían siempre triunfantes. Y bien lo merecían.