Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de mayo de 2025
Pero, ¡puñales! ¿no vé usted el título, la prensa filipina? ¡Ese instrumento con que plancha la vieja, aquí se llama prensa! Todos se echaron á reir y el mismo Ben Zayb se rió de buena gana.
Vamos ahora a ver el cuarto de la plancha. Y salieron de la sala, y salvando un corredor y dando una vuelta, entraron en otro cuarto lleno de armarios y otros trastos. No se asuste usted por la distancia. Este cuarto está pegado a la sala. No hay más que abrir una puerta de comunicación. Gonzalo se inclinó hacia su novia y le dijo por lo bajo: ¿Por qué no me tratará mamá de tú, como tu papá?
30 También hicieron la plancha, la corona de la santidad, de oro puro, y escribieron en ella de grabadura de sello, el rótulo, SANTIDAD AL SE
Madrid, 1882; un tomo, 5 pesetas en Madrid y 5,50 en provincias. Encuadernadas a la inglesa con una elegante plancha, 1,50 pesetas más. Poesías y fábulas: quinta edición. Contiene: Ternezas y flores. Ayes del alma. Un tomo, 8.º mayor, 4 y 4,50 pesetas. El drama universal: poema en ocho jornadas; primera edición de gran lujo, 8 y 9 pesetas. Idem; tercera edición, 3 y 3,50 pesetas.
Una moneda arrojada al aire indicó que Fabrice debía tirar el primero; rompió, pues, sus fuegos y alojó sus dos primeras balas en el interior del segundo círculo; Pierrepont, más inhábil esta vez, o menos dichoso, perdió una de sus balas en la plancha, la otra tocó el cartón. Este primer pase aseguraba, por consecuencia, cuatro puntos a Jacques y uno solo a Pierrepont.
Se le llamaba «el cuarto de la plancha», porque, en efecto, allí se planchaba la ropa de la casa. Las paredes que no ocupaban los armarios estaban pintadas lisamente de blanco. Carmen entró como un huracán por la puerta gritando: ¡Señorita Marta, señorita Marta! ¿Qué sucede? preguntó ésta con sobresalto. ¡Que el Menino se ha escapado, señorita!
Es un fondeadero muy cerrado y abrigado de todo viento y mar para toda clase de buques, los que pueden estar atracados y con plancha á tierra enfrente de la población vieja en 8 metros de fondo arena. Seno de Dapitan.
¿Podría ver a su papá? No sé si está en casa. Voy a ver repuso la joven, dejando la plancha sobre la mesa y pasando por delante de él. Cuando ya se había alejado un poco, se volvió para preguntarle: ¿Su tío está bueno? Sí, señora, sí... Digo, no... hace algunos días que no se levanta de la cama... Tiene un catarro fuerte. ¿No será cosa de cuidado? Creo que no, señora.
Tras pensarlo mucho, después de haber intentado en vano desarrugar el periódico con las manos, se lo llevó a la cocina y lo alisó con una plancha caliente, dejándolo luego donde su hermano lo encontrara, sin que Tirso lo viese. Al caer la tarde volvió Pepe con Millán, que acostumbraba a comer allí los domingos, quedándose gran parte de la noche acompañando a don José, por estar cerca de Leocadia.
La aurora, que sólo tenía apoyado uno de sus rosados dedos en aquel rincón del orbe, se atrevió a alargar toda la manecita, y un resplandor alegre, puro, bañó las rocas pizarrosas, haciéndolas rebrillar cual bruñida plancha de acero, y entró en el cuarto del capellán, comiéndose la luz amarilla de los cirios.
Palabra del Dia
Otros Mirando