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Para ganarse la voluntad de su Creador habrá hecho obras de misericordia, consolando y amparando a los infelices y desvalidos, y con sus oraciones y penitencias, humildad y mansedumbre, habrá sido pasmoso ejemplo y provechoso estímulo a todo ser humano. No se conquista de otra suerte el amor de Dios. No hay otra vía más cómoda y llana para llegar a él.

Por el contrario, empujado por la propia lógica de los suyos, el cristianismo creó nuevas formas de males para agrandar las recompensas del cielo que es el plan y el objetivo de la vida conventual instituyendo para los infieles las penas más atroces y para los fieles las torturas morales por los terrores del infierno, y las torturas físicas por el cilicio, las privaciones y las penitencias, prohibiendo la medicina, las diversiones y los anestésicos, porque tendían a disminuir el dolor y la tristeza, que eran tenidas como fuentes de dicha futura.

La comunidad celebró su toma de hábito con un refresco espléndido y una comedia en que trabajaron las educandas. Aquel día había estado fuertemente excitada: tan pronto reía como lloraba. Después que se vio monja se había modificado un poco. Hasta hubo temporadas en que se había creído realmente con vocación, en que exageraba como ninguna hermana las penitencias y los escrúpulos.

Yo haré un azote durísimo de mis oraciones y penitencias, y con él la arrojaré de allí, como Cristo arrojó del templo a los condenados mercaderes. 18 de Junio.

Pensé en lo que podía suceder si llegaba mi marido a concebir ciertas dudas, y comencé a arrepentirme de haber engañado a ese hombre para tan bueno... En aquellos momentos descendió sobre la gracia del cielo y mis ojos se abrieron a la luz; tuve horror de mi conducta y he tratado de hacerla olvidar, humillándome ante Dios y confesando mis pecados... He cumplido las más duras penitencias que se me han impuesto, y nada eran si las comparaba con la angustia que me oprimía el corazón a la sola idea de que mi marido llegase un día a descubrir mi crimen... Cuando creía acabado mi suplicio, perdonada mi falta, asegurada por completo mi tranquilidad, surge usted de nuevo en mi camino... Al verle comprendí que mi verdadero sufrir comenzaba ahora y ya ve cómo no me he engañado... ¡Dios mío, Dios mío! ¿Será preciso que...? En fin, le he dicho la verdad, toda la verdad, señor Delaberge, y pues la sabe usted ya, yo se lo ruego juntas las manos, sea usted bueno y honrado: haga como si nada supiese y déjenos...

El sacerdote se encendió como una amapola, y volviendo prontamente la cabeza, repuso con aspereza mirando a las tablas del confesonario: Bueno, bueno... Deje usted... Me parece excesivo, en efecto... Absténgase en adelante de hacer tales penitencias sin consultarlas antes con su confesor.

Debía besar el suelo humildemente ante las imágenes de Nuestra Señora del Carmen, y depositar, asimismo, su ósculo en el escapulario de los religiosos para ganar indulgencias. Después de la primera comunión la rigidez aumentó. Doña Guiomar castigaba ahora su falta más mínima con penitencias monásticas, inculcándole el desprecio del mundo y el terror al pecado.

Por muchos días hizo este Colegio de Córdoba muchas rogativas y penitencias para pedir y suplicar á Nuestro Señor no le quitase tan presto un Superior y Padre tan necesario al bien público, y tan amado de todos.

Luego, como que era recio de subir, le escogieron para sus penitencias los devotos, y es fama que por su falda pedregosa subían de rodillas en lo más fuerte del sol, los penitentes, contando el rosario.

El refitorio era un aposento como un medio celemín; sustentábanse a una mesa hasta cinco caballeros. Yo miré lo primero por los gatos, y como no los vi, pregunté que cómo no los había a un criado antiguo; el cual, de flaco, estaba ya con la marca del pupilaje. Comenzó a enternecerse, y dijo: "¿Cómo gatos? Pues ¿quién os ha dicho a vos que los gatos son amigos de ayunos y penitencias?