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Actualizado: 3 de mayo de 2025


Bien se comprende que con esta formidable ocupación del terreno y táctica exquisita, no se escapa un cristiano, y forzar el túnel no es menos difícil y glorioso que el memorable paso de las Termópilas. Al caer de la noche, si no hay Novena con sermón, Santo Rosario con meditación y plática, o Adoración Nocturna, se retira el ejército, marchándose cada combatiente a su olivo con tardo paso.

Pensaban en la posibilidad de una boda matinal... Tal vez eran gentes alegres que venían de una fiesta nocturna... Varias veces el cortejo detuvo su marcha, viéndose cortado por un desfile de pesadas carretas con montañas de hortalizas. El maître, á pesar de sus emociones, fué reconociendo el camino que seguía el automóvil.

Logrólo al fin, y siguió la pista del otro. Pero a los dos minutos regresaba, muy contento de aquella escapatoria nocturna. Eso , no quedó agujerito sin olfatear en diez metros a la redonda. Pero cazar tras el rastro, en el monte, a un galope que puede durar muy bien desde la madrugada hasta las tres de la tarde, eso no. El perro del peón halló una pista, muy lejos, que perdió en seguida.

Febrer siguió su camino sin volver la vista, deseoso de oír que alguien venía tras de sus pasos, tomando por misterioso arrastre de perseguidores los leves crujidos del ramaje de los tamariscos bajo la brisa nocturna. Al llegar al pie de la colina, donde los matorrales eran más espesos, se volvió, quedando inmóvil.

Tiró de una cadena, sonó una campana oculta, se abrió un ventanillio, y el mendigo, después de hablar por él, se dispuso a retirarse, extendiendo la mano para recoger unas cuantas piezas de cobre. Ahora mismo saldrá el hermano. Pasó el doctor mucho tiempo en el patio, cuyas baldosas conservaban el agua de la lluvia nocturna. Todo un lado lo ocupaba la fachada de la antigua casa de San Ignacio.

El atrio de la iglesia no tenía por entonces la magnífica verja de hierro que hoy la adorna, y la policía nocturna de la ciudad estaba en abandono tal, que era asaz difícil encontrar una ronda.

Isabel hizo esfuerzos muy grandes porque Gloria asistiese, pero todos se estrellaron contra la negativa rotunda de doña Tula. Ni aquella ni yo lo sentimos mucho. Nuestros coloquios valían más que todos los bailes imaginables. Quedamos en que yo sólo iría un rato después de nuestra conversación nocturna.

Se sumieron en la fresca atmósfera nocturna, con los ojos fatigados aún por la espléndida iluminación, con la piel ardorosa por el ambiente enrarecido de los salones. Los dos se fijaron en que la noche era de luna, una pobre luna menguante que empezaba á caer detrás de la negra barrera de los Alpes. La amenaza submarina tenía la ciudad á obscuras.

»Pensando en lo delicada y endeble que es tu constitución, siempre creería verte enferma, o amenazada de estarlo. ¿Quién podría decirte a todas horas: Mira, Magdalena, que ese sol del mediodía quema demasiado. Mira, que esa brisa nocturna es fría con exceso. Magdalena, cúbrete la cabeza con un velo. Magdalena, échate un chal sobre los hombros? »No; nadie te hablará así.

Lo más importante era encontrar una buena casa y amueblarla con muebles ingleses, «serios», «distinguidos», y mostradores de caoba brillante. Además, eran necesarios un enorme rótulo dorado, juegos de banderas para las fiestas patrióticas, y gran iluminación nocturna en la fachada. Capital para empezar: dos o tres millones de pesos.

Palabra del Dia

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